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Análisis: Empire: Total War

Desde el año 2000 la serie Total War ha demostrado su capacidad para simular batallas históricas. Ahora con Empire, Creative Assembly se transporta al siglo XVIII para traer otro gran juego de estrategia y simulador de guerra. Esta nueva entrega trae varios arreglos de jugabilidad, un nuevo simulador de batalla naval y la posibilidad de jugar la campaña cooperativamente. Pero aunque hayan mejorado en muchos aspectos, aún arrastra algunos problemas de juegos anteriores.

La serie Total War ha demostrado desde su primera entrega lo fiel que puede llegar a ser el simulador de batallas históricas. Aunque ha pasado por diferentes épocas en distintos juegos, cada vez que se anuncia un nuevo título podemos confiar que la entrega será tan pulida y adictiva como siempre. Este es el caso del nuevo título de Creative Assembly, Empire: Total War.

Con Empire es lo más cerca que la serie se ha posicionado a la era moderna, situándose en este caso, en el siglo XVIII. Aunque comparándolo con su predecesor, Medieval II, Empire presenta varios cambios, la base sigue siendo exactamente la misma. La jugabilidad se divide en dos: en primer lugar está el mapa de campaña, desde donde podrás manejar tu reino y todo lo que eso incluya y, por otro lado, tendrás el modo batalla, donde controlaras a tus tropas para guiarlos hacia la victoria.

La brutalidad y caos de la guerra nunca han sido tan bien representados.

A la vez, aunque los jugadores experimentados no tengan problemas, aquellos que recién comienzan encontrarán un juego bastante más preparado para principiantes que sus antecesores. Un claro ejemplo de esto es la campaña “Camino a la Independencia”, donde el juego toma de la mano al jugador para cumplir varios objetivos y dar una amplia explicación sobre el mapa de campaña y el simulador de batalla. Además, toda la campaña está envuelta en una historia bastante atrapante sobre la independencia estadounidense.

Pero en caso de que no quieras ayuda de nadie, puedes saltar a la campaña como siempre y elegir entre varias potencias europeas del siglo XVIII. Aquí no hay historia, sino la que tu creas para tu nación tomando las difíciles decisiones que debe hacer un líder. Como en los otros juegos tendrás que tomar muchas decisiones sobre guerra, paz, impuestos, importación y exportación, avances tecnológicos, manejo de diferentes gobiernos y otras cosas. La escala de la campaña sigue siendo tan masiva como siempre y, a menos que estés acostumbrado a juegos como Civilization, Colonization o Sins of the Solar Empire, puede ser una experiencia muy abrumadora.

Listos para la batalla.

Uno de los detalles que amplia mucho la rejugabilidad de Empire es que (como en sus predecesores) cada nación se encuentran en situaciones muy diferentes. Es decir, que nunca será lo mismo jugar con una u otra y que hay que tener muy en cuenta esos detalles al elegir con cuál jugar. A favor de tener un juego más dinámico muchas tareas de administración, comercio y diplomacia se han hecho más lineales y simples. Esto no le quita profundidad, pero sí hace las cosas más rápidas.

El mayor problema con el mapa de campaña sigue siendo el mismo que en los juegos pasados. La inteligencia artificial sigue dejando mucho que desear. Aunque se han mejorado los menús y se han simplificado muchas tareas tediosas de administración, para hacerlo más fluido, las decisiones de los gobiernos enemigos muchas veces nos dejan desconcertados. Generalmente si te va bien te odian sin razón y, a la hora de comerciar, siempre parece darles lo mismo cualquier oferta. Siendo que este punto lo están desarrollando desde el primer Total War, esperábamos una inteligencia artificial más pulida y real, pero al parecer habrá que esperar a la próxima entrega para tener un poco más de desafío diplomático por parte de nuestros enemigos.

Por el lado del simulador de batalla, Total War nunca se ha visto tan bien. Los gráficos han alcanzado un nivel increíble y se nota en cada soldado representado a la perfección en pantalla. Desde la apariencia hasta las animaciones, cada detalle suma para dar una de las experiencias más realistas y cinematográficas hasta la fecha. Tal como en el modo campaña, la interfaz se ha simplificado un poco, pero no tanto como que sea demasiado simple. A diferencia de otros juegos, en Empire tendrás más batallas al aire libre. Aunque también hay muchas fortalezas que atacar, siguen predominando las batallas al aire libre.

Siendo que el juego toma lugar en el siglo XVIII la estrategia es un poco diferente a la de los juegos anteriores. De todas maneras, por más mosquetes que haya, las batallas siempre terminan con ambos ejércitos chocando brutalmente unos contra otros. Lo que no ha cambiado es el nivel de estrategia necesario para triunfar. A diferencia de juegos más lineales como puede ser Halo Wars o Dawn of War II, en Total War siempre es esencial ubicar a las tropas inteligentemente para tener mayor ventaja sobre tu oponente.

Las batallas navales se ven simplemente espectaculares.

Uno de los agregados más publicitados de Empire, es la adición del simulador de batallas navales. Y no solo se ve fantástico, sino que la jugabilidad es tan detallada y gratificante como el simulador de batalla terrestre. Como uno esperaría de un simulador de este calibre, hay que tener en cuenta muchas cosas, como alinear el barco lo mejor posible antes de atacar y tener estar atento el viento para ir más rápido que el enemigo. Entre varias municiones para atacar, también se encuentra la opción de abordar barcos enemigos en caso de tener más unidades que el otro, para asegurar la victoria.

No nos sorprende que a pesar de lo bueno que es el simulador de batalla naval, tenga muchos puntos ásperos. Es un agregado nuevo y no ha sido tan pulido como la batalla terrestre. Hemos tenido muchos problemas con mover los barcos y muchas veces ni siquiera responden a las órdenes. Aunque por lo general funciona bien, en otras ocasiones los barcos pueden hacer lo que quieren resultando en una horrenda y frustrante derrota.

Puedes abordar barcos enemigos.

Empire: Total War se encuentra disponible a la venta exclusivamente para PC a €46,95. Un precio bastante justo para todo lo que ofrece este paquete. Cada campaña puede durar varios días y tienes una gran cantidad de naciones con sus características únicas. Además, puedes jugar contra amigos en línea y la campaña principal de manera cooperativa.

En definitiva, Empire está muy lejos de ser perfecto. Aún tiene muchas cosas que mejorar y muchas de estas cosas las viene arrastrando desde juegos anteriores. Pero más allá de estas críticas, la realidad es que Empire es el mejor ejemplo de un simulador de batallas históricas. Por más errores que tenga, la experiencia sigue siendo tan entretenida, adictiva y profunda como siempre. Además, con la mejora gráfica y la adición exitosa de las batallas navales, es todo un nuevo capítulo para esta gran serie.

Puntaje: 90%

Conclusión: Si eres un fanático de la serie, no te decepcionará. Si no estás seguro sobre tu posición, tal vez deberías pensarlo más. Empire: Total War no es para todos.

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Escrito por Tomás Garcia

7 Comments

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  1. ya tengo el rome y el medieval y la verdad me han gustado bastante haciendome pasar horas en el pc anhelo poder tener el empire y completar la saga

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