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Análisis – Resonance of Fate

Análisis – Final Fantasy XIII

Si últimamente estás cansado de los juegos que ofrece el género JRPG, probablemente Resonance of Fate sea el nuevo par de calcetines frescos que estás buscando. Eso sí, sentimos la necesidad de advertirte que es difícil… muy difícil. Resonance of Fate es la clase de juego que no le importan tus sentimientos o pisarte la cabeza una vez que ya está sumergida en el barro. Pero si puedes sobrevivir el castigo, te prometemos horas de diversión con un combate por turnos estratégico y único en su especie.

El género JRPG (Japanese RolePlaying Game) ha visto mejores días. Más allá de títulos como Final Fantasy XIII que ofrecen experiencias familiares pero pulidas hasta el hartazgo, es muy difícil para que un título del género sobresalga del resto. Y, a pesar de lo difícil que es, el nuevo juego de Tri-Ace y SEGA lo hace sin mucho esfuerzo. Resonance of Fate no solo es difícil, sino diferente… muy muy diferente.

Es una pena que la narrativa pocas veces haga mucho sentido. La razón es que la historia gira alrededor de la relación entre los tres protagonistas: Vashyron, Zephyr y Leanne. Estos mercenarios, tienen una relación muy especial y, por lo general, sus interacciones son muy graciosas. A medida que avanzan en las quests se van revelando secretos que se conectan a la trama principal, pero cuando empieza lo interesante no sabes exactamente qué es lo que está ocurriendo. Aún así, los diálogos entre los tres protagonistas no tienen desperdicio y dan para situaciones memorables.

Vashyron, Leanne y Zephyr, los excelentes protagonistas de Resonance of Fate.

A diferencia de la narrativa, el universo que habitan los personajes es muy evidente. En un futuro (no se sabe cuán cercano), los problemas ambientales han hecho del mundo un lugar inhabitable y obligaron a la humanidad a construir una torre gigante donde establecer la sociedad. Esta torre es conocida como Basel. Es curioso cómo, mientras más alto estén, hay más riqueza, pero mientras más abajo, no solo hay más pobreza, sino también muchos más peligros. Este aspecto socioeconómico le da una sensación de realidad muy impactante.

Una de las mayores diferencias entre Resonance of Fate y otros JRPG es la exploración. Puedes explorar toda la torre desde el inicio, pero no tienes control directo de los personajes. En cambio, visualizas la torre desde una cámara isómetrica dividida en hexes (casilleros de cinco lados). Y para caminar por estos, primero debes activarlos utilizando hexes de energía que colectas en batallas y dungeons. También hay hexes con diferentes formas y colores, lo que le da un sentido estratégico a la utilización de estas piezas. Este sistema le viene bien, porque como dijimos, la torre es gigante, compuesta de varios pisos y zonas. Así puedes transportarte de un lugar a otro rápidamente.

La arena es un lugar perfecto para aprender las complejidades del sistema de combate.

La exploración da lugar a encuentros aleatorios con enemigos y también, completar quests. Los dungeons en Resonance of Fate están divididos en amplios mapas y cada una de las zonas, en secciones de tres, cuatro o hasta cinco piezas. El problema principal con esta organización es que cuando vuelves una pieza hacia atrás los enemigos vuelven a aparecer y estamos hablando de batallas que puedes tardar horas en triunfar. Es un sistema que, aunque no tiene muchos errores, puede llegar a ser frustrante.

Y esto se debe principalmente a que el combate en Resonance of Fate es difícil. Y realmente no podemos remarcar suficiente lo difícil que es. Aún cuando hayas dominado cada aspecto del sistema, seguirán siendo difíciles. Pero no es problema, porque aprenderás de tus errores, te adaptarás y eventualmente terminarás saliendo vencedor solo para empezar a perder en el próximo dungeon. Probablemente te preguntes: ¿por qué jugaría a algo donde voy a estar perdiendo constantemente? Pues porque eres un baboso, amigo mío. No, en verdad, realmente lo vale. Pocos juegos llegan al nivel de gratificación que ofrece Resonance of Fate. Triunfar en una batalla que parecía imposible es de lo que mejor que te puede ocurrir y te da el combustible necesario para afrontar más batallas.

Las acrobacias en el combate son un verdadero espectáculo.

Ahora bien, hablemos de lo más importante y único en Resonance of Fate: el combate. A diferencia de muchos juegos del género, no solo controlas los ataques, sino que también puedes controlar a tus personajes directamente. Pero a no confundirse, porque sigue siendo por turnos. Solo que cada vez que mueves a un individuo, el resto de los enemigos también pueden moverse y atacar. Esto es posible porque, también a diferencia de otros del género, la clave aquí es el posicionamiento de tus atacantes.

Las armas principales son pistolas y metralletas. Se necesitan ambas porque hacen distintos tipos de daño. Por un lado, las metralletas hacen Scratch Damage, que no es permanente pero ayuda a multiplicar. Por otro lado, las pistolas hacen Direct Damage, que sí es permanente. La idea es ablandar a los enemigos con Scratch Damage y luego sumar ese número al daño hecho con pistolas. Pero no es tan simple, porque por lo general los enemigos más difíciles tienen escudos que deben ser destruidos antes de poder hacer daño real. A esto, le sumamos que cada enemigo tiene sus debilidades y puedes elegir distintos tipos de balas para hacer daño elemental.

'Perseverancia' es la clave en Resonance of Fate.

El último punto clave del combate son los beezels. Por un lado, siempre y cuando tu equipo tenga de estos puntos, cualquier daño que reciban será Scratch Damage, es decir que no morirán si se les acaba la barra de energía. Pero como contraste, estos beezels también son los que usas para llevar a cabo las Hero Action, los ataques más útiles y devastadores de todo el juego. Aquí Resonance of Fate logra un buen balance de riesgo, porque hacer uno de estos ataques equivale a un beezel, pero si lo haces bien, puedes recuperarlos todos de un solosaque. Comienzas con tres de estos puntos y a medida que avanzas conseguirás más.

A la hora de atacar, debes cargar el ataque y mientras más lo cargues, no solo tendrás más chances de conectar, sino que harás más daño. El problema es que cargar requiere tiempo, valioso tiempo que tus enemigos pueden usar para atacar. Todas las animaciones de ataque tienen un estilo cinemático espectacular que nunca aburre, pero lo que es aún mejor, son los cortes de escena cuando haces las Hero Actions. Al activarlo puedes marcar un recorrido que hará el personaje disparando. Pero todo sucede en tiempo real de modo que puedes saltar para esquivar obstáculos o pasar por encima de enemigos para evitar sus disparos. En caso de que en la primera corrida hayas cruzado la línea de tus otros dos personajes, podrás hacer un ataque en conjunto que es más difícil de llevar a cabo correctamente, pero hace mucho más daño.

Los jefes finales no son nada amables.

Como verás, es bastante complejo, pero no es nada que en dos o tres horas de juego no puedes dominar. De todos modos, el juego hace un mal trabajo en presentártelo porque puedes jugar y no enterarte de nada hasta que te topas con un encuentro aleatorio en donde te patean el trasero sin pedir permiso. Afortunadamente incluye un extenso tutorial en forma de texto y, si eso no es suficiente, puedes visitar la Arena, donde tienes cientos de desafíos que hacen un excelente trabajo de explicarte las mecánicas y probarlas en un espacio protegido.

Por último, hay un gran espacio para personalizar a tus personajes. Mientras que no puedes mejorarlos directamente, puedes editar casi cualquier aspecto de sus armas, agregándole partes que crees o encuentres y eso mejora su velocidad de disparo, puntería, daño, entre otros aspectos. También puedes comprar una gran variedad de ropa para tus personajes que se ve reflejada en los cortes de escena y ayuda a darle un poco de personalidad a tu partida.

Nuevamente, nada que digamos aquí podrá dar a entender lo difícil que Resonance of Fate. Más de una vez te preguntarás si los desarrolladores se han equivocado con el balance, pero justo cuando te encuentras a punto de rendirte, logras pasarlo. Aún peores son los jefes finales, que muchos rozan lo imposible. Claro que a la vez son vigorizantes y ofrecen un nivel de desafío que se ve muy poco hoy en día. En definitiva, Resonance of Fate es diferente a todo lo que conoces del género y es por eso que es muy fácil olvidar que muchas secuencias son prácticamente imposibles y solo te estás dando la cabeza contra la pared una y otra vez. Puedes conseguir este juego infernal (y hermoso) para Xbox 360PlayStation 3 por €66,90.

Puntaje: 86%

Conclusión: Un JRPG con un combate único que no tiene piedad. Pero dominarlo es una de las actividades más gratificantes que hemos experimentado.

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Escrito por Tomás Garcia

6 Comments

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  1. Me has convencido de comprarlo, con solo decir: JRPG diferente, dificil y ademas por turnos, es lo mejor, lo que estaba esperando, lo comprare una vez termine White knigth chronicles que apenas lo voy a empezar.. x)

    • La verdad que sí, super recomendable. Tiene un montón de contenido y el sistema de combate es de lo más innovador que he visto en el género en mucho tiempo. No puedo esperar la secuela y, según dijeron, dependiendo del éxito del primero podrían sacar otro. ¡Así que a comprarlo!

  2. me he pillado una 360 hace un par de semanas y entre el curro y la facultad no tengo tiempo ni para respirar… tengo el ff13 esperando, el last remnant, el lost odissey y por lo visto este juego tiene que caer por la patria XDDDDDDDDDDDDDD. Arj necesito dias de 30 horas mínimo XD

  3. es de por si un juego innovador(en lo que se refiere a combates) muy buena trama que te mantiene pegado durante horas y horas y luego tu novia te pega un zapataso que te deja inconsiente y cuando despiertas ¡¡¡¡¡¡¡¡ ella es la que esta pegada al juego……. quien entiende a las mujeres……

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