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En una época en que la identidad trata de sobrevolar la homogenización de la tecnología y globalización, este tipo de curiosidades logran llamar la atención.
Scott Blake se sintió inspirado por la supuesta amenaza que el año 2000 traería a la era digital, y empezó a trabajar arte en códigos de barras, asignando valores para describir cada píxel y coordenadas. Desde entonces ha traducido todo tipo de datos a este formato.
Lo que propone Blake en Barcode Yourself es generar un código de barras personal con una serie de datos individuales, a modo de identificador o etiqueta personal. Lo cierto es que no será un gráfico tan único e independiente como uno quisiera, ya que los datos que maneja son básicos y generales. Al iniciar nuestro código de barras, nos pedirá sexo, luego edad, nacionalidad, altura y peso, para otorgarnos finalmente el código. Así, dos mujeres del mismo país, edad, altura y peso, tendrán el mismo código (coincidencias para nada difíciles en un mundo tan habitado). Sin embargo, debemos reconocer que no deja de ser un detalle curioso y simpático.
