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El salto de Baumgartner: Todos los detalles

“A veces tenemos que llegar muy alto para ver lo pequeños que somos”, repitió Felix Baumgartner una vez que había pisado a salvo el suelo de nuestro planeta. En un claro homenaje a las palabras de Amstrong y con reminiscencias al existencialismo galáctico de Carl Sagan, el hombre por el cual el mundo tendrá tortícolis durante una semana completó la idea: “Cuando uno está de pie en la cima del mundo, se es demasiado humilde como para pensar acerca de los récords”. El salto de Baumgartner hizo que un humano rompiese la barrera del sonido sin asistencia mecánica por primera vez en la historia y en este artículo te contamos qué logró, sus detalles y discutimos su importancia científica.

Roswell, Nuevo México. La gente miraba el cielo y luego la cápsula. No lo creía. Luego de que la misión fuese varias veces abortada por condiciones climáticas y otros obstáculos, el globo terminaba de inflarse para que luego comenzara su ascenso cuidado ante vientos irregulares. En silencio, la gente rezaba para que la cápsula que contenía a Baumgartner llegase ilesa hasta la altura estipulada. A las dos horas y media, el austríaco besaba la estratósfera y nosotros podíamos glorificar al presente por mostrarnos casi en directo (se transmitió en diferido por si algo salía mal y el saltador no la contaba) las imágenes de nuestra tierra desde la estratósfera, con un tipo de 43 años de edad saltando desde ahí de vuelta a casa. Así fue como, con una carrera prodigiosa en el salto de altura y paracaidismo a cuestas, el austríaco Felix Baumgartner se convirtió en el primer humano en superar la barrera del sonido en caída libre y sin apoyo mecánico al caer desde 39.000 metros durante cuatro minutos y medio, logrando una velocidad pico de 1.342 kilómetros por hora. Luego del vídeo, todos los datos y detalles de la misión.

Los logros

Algunos datos a considerar sobre la hazaña de Baumgartner son los siguientes, comenzando por las 3 marcas principales que ha roto en este espectacular salto desde “el techo del mundo”.

  • En primer lugar, es el primer humano que atraviesa la barrera del sonido (1100 Km/h en la estratósfera, siendo 1234 km/h en condiciones atmosféricas) en caída libre y sin el uso de asistencia mecánica. Anteriormente, el record estaba en 988 km/h y según el dato oficial Baumgartner superó los 1.342 km por hora. Equivalentes a la medida Mach 1,24. Para otra referencia, es bueno señalar que bajó a aproximadamente 370 metros por segundo en su etapa más veloz.
  • El segundo record corresponde a la caída libre desde el punto más alto. Hace 52 años, Kittinger logró caer desde 31.333 metros, y ahora Baumgartner superó esa marca cayendo desde 39.000 metros.
  • En tercer lugar, Baumgartner selló su nombre junto al record de vuelo en globo tripulado más alejado de la tierra, tomando la altura desde la que se tiró al vacío.

Detalles de la misión

  • Ascendió a la estratósfera en un globo climático que tiene 0,002 centímetros de grosor. Para que te des una idea, esto es diez veces más fino que las bolsas de plástico que se utilizan para congelar comida.
  • Estuvo consciente durante todo el trayecto, aunque según sus declaraciones estuvo muy cerca de perder la conciencia por la presión en sus hombros, ojos y cerebro.
  • Si bien el mayor objetivo de la misión es lograr una hazaña humana increíble (además de publicidad, etc.), con los datos recopilados se creará una nueva generación de trajes espaciales basados en los efectos que tiene la aceleración y desaceleración supersónica sobre el cuerpo de las personas.
  • La nave pesaba 1315 kilos y tenía 3.4 metros de alto y 2.5 de ancho. Estaba construida en fibra de vidrio y poliepóxido. Con cubierta externa presurizada y con una resistencia considerable a las temperaturas de 70 grados bajo cero de la estratósfera.
Felix Baumgartner
  • El traje presurizado fue otra de las claves del éxito según Red Bull Stratos, pues gracias a él Baumgartner salió ileso de la operación que lo puso sobre la línea de Amstrong, ubicada a 19.200 metros, en donde la presión del aire es tan baja, que los fluidos corporales básicamente se evaporarían.
  • Durante unos momentos, Baumgarter giró fuera de control y el pánico se apoderó de la emisión del salto. Sin embargo, el saltador experto corrigió su postura y logró balancearse con la cadera (si caía “de pie” o “de cabeza”, la presión lo iba a dejar inconsciente) y planear esa etapa de la bajada.
  • Uno de los records a romper era el de la caída libre más larga de la historia, registrada por el ya anciano Joe Kittinger (84) en 1960, cuando se lanzó desde 31.333 metros y voló durante 4 minutos y 36 segundos. El salto de Baumgartner pecó de falta de altura o de excesiva velocidad y no pudo superar el record de Kittinger (que participó de la misión activamente a través del panel de control de la NASA en Roswell), logrando completar su salto hacia la Tierra en cuatro minutos y veinte segundos.

¿Espectáculo o ciencia?

A nivel personal y por lo que he leído a lo largo de la promoción de este salto, la maniobra es más una hazaña humana con fines publicitarios bastante concretos que una oportunidad científica para descubrir datos de relevancia sustantiva. Para empezar, el traje no es tan avanzado como se promociona, ya que sólo aportó un poco más de movilidad a los que usan los pilotos de prueba de la fuerza aérea norteamericana. Incluso no tienen resistencia a las presiones que se viven por arriba de la atmósfera, lo que reduce considerablemente su utilidad para misiones útiles.

En cuanto al salto y a la investigación sobre medios atmosféricos, los datos registrados por Felix Baumgartner rozan lo inútil en relación a las posibilidades prácticas de repetir las condiciones en las que saltó el austríaco y hablar de rescates espaciales es un tanto apresurado en relación al poco tráfico atmosférico que se registra desde hace 5000 años de civilización.  De todas maneras, nada de lo registrado hubiera servido, pues como dice un ex jefe de operaciones de la NASA en España, Carlos Gonzalez, la agencia espacial de los Estados Unidos envía astronautas a 238 kilómetros de altura, no a 39. Por lo que si quisieran hacer un rescate de la tripulación de la ISS, que está a 400km de altura, la tarea demandaría que se  trabaje con temperaturas de 1500 grados Celsius encontrados en varias etapas de la atmósfera.

Sin embargo, y que no se malinterprete, la hazaña de Felix Baumgartner merece los méritos que hoy se le están dando. El tipo puso su cuerpo en riesgo, rompió un montón de records, nos entretuvo un rato y, como me dijo un amigo por correo, “pensé que lo sacaban con espátula, pero bajó re canchero.” Unos cuantos aplausos se merece, sin lugar a dudas.

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Escrito por Nico Varonas

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