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Escarabajo robótico para combatir incendios forestales

Cada año, el fuego arrasa miles de hectáreas de bosques. Esto ocasiona la pérdida de miles de ejemplares añejos que tardaran décadas en volver a crecer, y con frecuencia también cuesta vidas humanas. Para enfrentar el problema, los investigadores están desarrollando un robot bombero para que patrulle los bosques.

Mantener vigilado un bosque de miles de hectáreas para detectar el comienzo de un incendio no es una tarea fácil. En general, las características del terreno hace que muchas zonas del mismo quede ocultas detrás de cerros o en lo profundo de valles, por lo que se necesitan muchos puestos, con humanos dedicados en forma exclusiva a esa tarea.

Además del costo financiero que supone la creación y mantenimiento de esos puestos de control, quienes se encargan de la vigilancia están expuestos a quedar atrapados por el fuego.

La respuesta a este problema es la utilización de robots. Un robot puede recorrer el bosque, y mediante sensores adecuados detectar tempranamente el comienzo de un foco ígneo. Con esta idea en mente, los investigadores de Magdeburg-Stendal FH están desarrollando un robot dotado de 6 piernas flexibles que puede desplazarse sin problemas por el terreno áspero y lleno de obstáculos que caracteriza a los bosques.

El escarabajo robot, que se encuentra en las fases finales de desarrollo, ha sido diseñado especialmente para extinguir fuegos que todavía no se han transformado en un incendio incontrolable. Es capaz de supervisar grandes áreas dentro de un bosque, utilizando para ello sus sensores infrarrojos.

Cuando uno de estos robots descubre un principio de incendio, envía una señal de alerta a su supervisor, mientras que se mantiene atento al progreso del fuego. Su cuerpo, construido a semejanza de un ciempiés, puede doblarse sobre sí mismo, formando una bola, con sus patas dentro del “caparazón”. Este exoesqueleto está construido de un material cerámico que le permite resistir altísimas temperaturas (hasta 1300 grados centígrados), protegiendo la delicada electrónica que lo controla.

Es capaz de desplazarse a velocidades de 10 a 20 kilómetros por hora, dependiendo de las características del terreno. Según sus creadores, un bosque típico, con una superficie de unas 7000 hectáreas puede supervisarse con solo 30 de estos ingenios.

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Escrito por Ariel Palazzesi

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