Estás levitando sin que lo sepas.
Tenemos malas noticias (o buenas, depende de cómo lo veas): no puedes tocar a nada ni a nadie. Por más que lo intentes, tu trasero no está tocando la silla ni nunca la podrá tocar (de hecho, estás flotando sobre ella). ¡Toda la cruda verdad científica en esta nueva edición trolleante de To Bit! More