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PAM 200 ILV, tu vehículo aéreo personal

Todos sabemos que un dispositivo capaz de permitirle a una persona desplazarse por aire de una forma simple, tal como lo hace por tierra en un coche o bicicleta sería algo de veras revolucionario. En este nicho ya hay varios jugadores decididos a llevarse el premio gordo, pero tendrán que vérselas con el PAM 200 ILV

Si fueses capaz de inventar un vehículo volador que pudiese pilotearse sin necesidad de hacer un curso de uno o dos años; que fuese barato (menos de U$S 100.000) y que no ocupase todo tu patio cuando no lo usas, seguramente te llenarías de dinero. Pues bien, el PAM 200 ILV es un aparato que parece cumplir con estas premisas, y plantarle cara a otros desarrollos similares, tales como el M200G y el Vertipod.

Seguramente el transporte aéreo personal va a transformar nuestra vida futura. Pero mientras llega ese futuro, algunos están buscando la idea de comenzar a ganar dinero ya mismo. Los fabricantes del PAM 200 ILV (ILV es por Individual Lifting Vehicle, o vehículo aéreo personal) creen que su producto puede resultar muy atractivo para la fumigación de cultivos, la fotografía aérea, tareas de búsqueda y rescate, y en general, todo aquello que no requiera recorrer grandes distancias o grandes alturas.

Físicamente, el PAM 200 ILV se parece a un helicóptero. O al menos tiene un par de rotores impulsados por dos motores Hirth F – 30, de 4 cilindros y 105 caballos de fuerza cada uno, como muchos helicópteros conocidos. Como medida de seguridad, en caso de fallo de uno de ellos, el motor restante es plenamente capaz de suministrar energía a los dos rotores y evitar que te hagas papilla contra el piso.

Estos rotores tienen algo más de 9 pies (2.70 metros) de longitud, y se encuentran debajo de la plataforma que ocupa el usuario. Esta configuración permite un manejo sencillo del aparato y permite a los pilotos dirigir el ILV simplemente inclinando y desplazando su peso corporal. Cada hélice gira en sentido opuesto a la otra, lo que evita que el aparato se convierta en un trompo inmanejable. Con una velocidad máxima (teórica) cercana a las 60 mph (casi 100 km/h), el ILV podría ser un instrumento muy útil para muchas personas.

La IAV es una idea conjunta del empresario Bob Pegg y su amigo Clem Makowski. Pusieron en marcha su empresa en 1989, y podo después comenzaron a fabricar los primeros prototipos.

Lamentablemente, Makowski falleció recientemente a la edad de 70 años. Pero el hecho de que hasta hace unos meses volara casi a diario en su ILV habla a las claras de lo fácil de operar y controlar que resultan estos vehículos, asegura Pegg.

Para incrementar la seguridad del aparato, la compañía estudia la posibilidad de incorporar un paracaídas balístico, que se dispararía en caso de emergencias. Esto es necesario porque volando a bajas alturas un paracaídas convencional no alcanza a desplegarse antes de que su carga (en este caso, ¡tú mismo! haya llegado al piso. La estructura del PAM 200 ILV está diseñada para soportar impactos a altas velocidades, pero eso no es muy saludable para el piloto cuando se toca el suelo.

A pesar de que en la actualidad necesitas una licencia de piloto básica para volar, la compañía ya está estudiando la posibilidad de que su aparato se homologue de la misma manera que otras aeronaves deportivas (parapentes, ultralivianos, etc.). Esto haría mucho más fácil para los futuros usuarios el proceso de obtener la licencia.

El PAM 200 ILV se presentó en los EE.UU. como un kit con un precio de aproximadamente U$S 50.000.

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Escrito por Ariel Palazzesi

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