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Prototipo de motocicleta voladora

Muchas personas no dudan en describir el placer que les causa montar en una motocicleta. Está claro que, más allá de los riesgos, aquello que genera va más allá del simple hecho de transportarse. La motocicleta siempre ha sido vista como un símbolo de libertad e independencia, y ahora, un australiano de nombre Chris Malloy busca llevar ese símbolo al siguiente nivel: El aire. Por supuesto, la tecnología antigravitacional aún no existe, pero tomando algunas ideas provenientes de los helicópteros, esta motocicleta voladora podría lograr algo parecido.

Personalmente nunca he tenido una motocicleta, pero he estado en contacto con gente que las ha utilizado durante años, y tienen una forma muy particular de describirlas. La frase “el viento en la espalda” se repite mucho, al igual que las constantes recomendaciones de la publicación “Easyriders”, y el espectacular arte de David Mann. No importa si es la conveniencia, la búsqueda de la velocidad, o una idea más “romántica” de desplazarse, las motocicletas son y serán especiales. ¿Pero qué es mejor? ¿Tratar de reproducir aquellos modelos clásicos e inolvidable, buscar ejemplares modernos y dinámicos, o tratar de reinventar a la motocicleta? Una motocicleta sin ruedas, ¿sería realmente una motocicleta? De acuerdo a este proyecto proveniente de Australia, sí.

Chris Malloy es el responsable de la Hoverbike, un prototipo de motocicleta voladora que toma algunos conceptos tanto de helicópteros como de aerodeslizadores. Todo comenzó cuando su instructor de vuelo en helicóptero mencionó que veía al ultraliviano Robinson R22 como “una motocicleta en el aire”. En desacuerdo, Malloy inició la construcción de algo que se alejaría del diseño general de un helicóptero, y se acercaría más al de una motocicleta, comenzando por la forma de montarlo. En teoría, una Hoverbike podría alcanzar una altura de diez mil pies (poco más de tres mil metros) y una velocidad de 150 nudos, algo cercano a los 280 kilómetros por hora. El marco de la motocicleta utiliza fibra de carbono reforzada con Kevlar, y para evitar los efectos del momento de fuerza (“par” o “torque”, si prefieren el término inglés), recurre a dos rotores de rotación contraria.

Por ahora, todas las pruebas se han realizado en tierra, pero Malloy tiene la esperanza de realizar demostraciones completas dentro de unos meses. Hay varios detalles por resolver, comenzando por la siempre importante seguridad (se están considerando incluso paracaídas de emergencia tanto para la motocicleta como para el piloto), pero como suele suceder en esta clase de proyectos, todo depende de si aparecen inversores interesados. Malloy no está interesado en entregar su compañía a manos de cualquiera, pero espera alcanzar una producción limitada en un año, con unas cien unidades anuales a un precio que rondará los 27 mil euros. La Hoverbike puede tener muchos cabos por atar, pero si seguimos esperando a las motocicletas de “Galactica 1980”, la vejez nos alcanzará primero.

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Escrito por Lisandro Pardo

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