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To bit or not to bit: ¡Descifran el algoritmo de la risa!

http://www.edicionesgodot.com.ar/pdf/ediciones-godot-la-risa.pdf

¿Por qué nos reímos? ¿Cuál es la lógica detrás de la risa? ¿Existe un algoritmo para determinar cuándo algo es gracioso y cuándo no lo es? En nuestra nota de hoy les presentamos un algoritmo para verificarlo que hemos desarrollado en exclusiva. Pero además nos adentraremos en un tema que va mucho más allá de una simple carcajada, y tiene que ver nada más y nada menos que con encontrarnos con nosotros mismos. ¡Jajajaj!

Henri Bergson fue uno de los más grandes filósofos franceses, ganador del Premio Nobel. Influenció a muchos pensadores con su idea de que, para entender la realidad, la experiencia inmediata y la intuición son más significativas que la ciencia y el pensamiento.

Entre muchos trabajos relacionados con este tema, sobresale su ensayo sobre la risa. Henri escribe casi algorítmicamente, y analizando su texto pudimos extraer un seudoalgoritmo acerca de las condiciones para que algo sea cómico. Hasta ahora, todas las pruebas que hicimos, ¡funcionan!

En resumidas cuentas, Bergson propone que, fuera de lo humano, no hay nada cómico. Por ejemplo, un paisaje o un animal pueden ser de todo, menos cómicos, y si reímos ante ellos, es por haber sorprendido en ellos algo humano. Un objeto puede ser gracioso pero no por sí mismo, sino por el capricho humano que lo moldeó. Ya desde Aristóteles se considera al hombre como un animal que ríe.

Bergson también sostiene –atención a esto– que la insensibilidad es parte de la risa. Que lo cómico sólo puede producirse sobre la indiferencia, y que no hay peor enemigo de la risa que la emoción. “Lo cómico para producir su efecto máximo exige momentánea anestesia del corazón para dirigirse a la inteligencia pura.

Esta inteligencia debe estar en contacto con otras. Como si la risa necesitara de un eco. Nuestra risa es la risa de un grupo. Tiene un significado social.

Para Bergson, lo cómico aparece cuando quedan en evidencia los mecanismos subyacentes ante los cuales la persona debe amoldarse, como en este ejemplo:

Una persona va apurada por la calle, tropieza y cae sentada en el suelo. Existen posibilidades de que esta situación sea cómica, pero si esta persona se hubiera sentado por decisión propia seguramente el efecto cómico no se produciría. Lo que está sucediendo es que la persona fue sorpresivamente sacada del contexto habitual de sus costumbres. De pronto, su movimiento habitualmente mecánico se vio modificado contra su voluntad. La risa castiga las costumbres.

Por eso, por ejemplo, la personalidad de la persona distraída encaja perfectamente en estas reglas, y no es casual que muchos hayan visto en estos mecanismos material inagotable para la creación de situaciones cómicas.

Lo mismo sucede cuando quedan en evidencia los mecanismos sociales a los que nos tenemos que ajustar. Por eso las situaciones más parsimoniosas son las más propensas a que se generen risas.

¿Qué hay de gracioso en esta frase?: “El muerto era una persona amable y gorda”. La parte tal vez más importante del trabajo de Bergson es demostrar que la comicidad aparece cuando empezamos a ver al cuerpo como algo separado del alma: “Cómico es todo incidente que llama nuestra atención sobre la parte física de una persona en el momento en que estábamos enfocados en su aspecto moral (…) Nos inspira la risa ver a una persona de pronto transformada en una cosa”.

Sigmund Freud, en su obra “El chiste y su relación con lo inconsciente” pone como ejemplo los intervalos en las charlas de los simposios científicos, en donde los asistentes aprovechan un respiro entre tanta intelectualidad para contarse chistes y tonterías.

Es en ese mismo libro en donde Freud analiza cómo este “salirse del molde” o manejo del absurdo es lo que determina la gracia del chiste, que de alguna manera nos remite a la época de cuando no estábamos obligados a acomodarnos a tantas convenciones sociales: cuando éramos niños. De ese recuerdo nace el regocijo, el placer de la risa.

Nacemos libres de cadenas sociales. Es bueno recordarlo de vez en cuando, diciendo unas cuantas estupideces que resulten incoherentes para el orden estructurado en el que nos toca vivir. Tal vez no sólo sirva para reírnos, sino para ayudarnos a encontrar nuestro propio camino en el desagradable y pantanoso mar del “sentido común”.

Y los lectores de NeoTeo, ¿de qué se ríen?

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Escrito por Gianni Sabbione

Gianni Sabbione es editor literario, científico y músico. Como editor trabajó y trabaja en editoriales y medios internacionales de EE.UU., España y Latinoamérica. Es asesor en reorganización y automatización de áreas de IT e investigó en IA y redes neuronales.
Es cantante de sus bandas de hard rock solista y de Color Púrpura, y aprovecha su perfil en Neoteo para promocionarlas. Al menos hasta que se de cuenta el Sr. Director del sitio.

7 Comments

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  1. jejeje, bueno es interesante ver este tipo de post ya que se tiene conocimiento de las caracteristicas de los humanos y como funcionan. Gracias, Feliz Dia!

  2. exelente post, me encanta la serie de articulos to bit…

    por otro lado creo que le falta algo para ser mas cercano a lo real, el objeto a estudiar debe salirse de lo convencional sea humano o no.

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