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To bit or not to bit: ¡Estalló la polémica sobre los nerds!

La humorada es más o menos así: se cuenta un chiste para nerds, por ejemplo: “Se encuentran dos vectores en el espacio y uno le dice al otro: ¿tienes un momento?”. Después de contado el chiste, se concluye con este remate: “Si te reíste es porque no tienes amigos.” Y esto es sólo un ejemplo. Son muchos los casos en los que se juega con ese lugar común de pensar que la nerdidad y las relaciones sociales están reñidas. Pero, ¿esto es realmente cierto? La polémica está en marcha. Seas nerd o no, esta nota es para ti…

Con ocasión de estas fiestas, estábamos tomando cantidades excesivas de cerveza con unos amigos. Uno de ellos es famoso por usar fórmulas mezcladas con el lenguaje diario (por ejemplo, en vez de decir “perdí una llave”, dice “tengo n-1 llaves en mi llavero”. O, también, en el banco: “acá por default te atienden mal”). La cuestión es que el personaje estaba en el bar con una cerveza en la mano y con un iPad en la otra. Otro se enojó: “¡¿Pero cómo puede ser que nos reunamos entre amigos y estés con ese aparatejo?!”. El otro le respondió: “Es que ante cualquier tema sobre el que estemos conversando, podemos buscar información adicional aquí y agregar datos a la charla. ¡Esto eleva el nivel de la conversación!”. Un tercero agregó, mostrándole el vaso de cerveza de litro: “Es que acá vinimos a disminuir el nivel de la conversación.” ¿Todos tienen razón?

En el comienzo de uno de los capítulos de Dilbert, este ve que el control remoto del televisor no funciona y se da cuenta, sin abrirlo, de que “está agotada la pila de la izquierda”. Acto seguido se muestra cómo, en su infancia, su madre lo lleva al médico porque “no es como los otros niños”. Después de revisarlo, se produce el siguiente diálogo entre el médico y la madre:

MEDICO: –Es peor de lo que pensaba.

MADRE DE DILBERT: –¿Qué tiene?

MEDICO: –Su hijo tiene El Don. Una extraña disfunción caracterizada por una gran intuición en todo lo relacionado con la mecánica y la electricidad. Y… una profunda ineptitud social.

MADRE DE DILBERT: –¿Podrá llevar una vida normal?

MEDICO: –No. Será ingeniero.

Un sitio web da algunos indicios del nivel de nerdidad, por ejemplo:

¿Qué es lo más desagradable que hay en este momento en tu habitación?

A -Nada, está limpia.

B -Ropa sucia.

C -Restos de comida.

D -Insectos o roedores.

E -Insectos o roedores muertos.

Este es otro de los lugares comunes que se suele plantear: la falta de orden y limpieza. Pero, hasta donde yo sé, mis amigos más nerds se ven bastante limpitos. ¿Será porque no los conozco en su intimidad?

Por otra parte hay otras denominaciones que tienen cierto parentesco. Por ejemplo, ¿qué tan parecido es un nerd a un friki? ¿Y a un geek?

Navegando por ahí, nos encontramos con el artículo “Sal con un friki” que sale en su defensa, y dice cosas como: “¿No es preferible alguien que se gasta su dinero en libros y cómics en lugar de gafas de sol de marca?” O: “Si tú te quedas en la superficie, si te importa el qué dirán y no eres capaz de valorar lo que de verdad importa y le da autenticidad a la existencia, quizás estés mejor solo. Pero si quieres el mundo y todas las sagas que le sucederán… sal con un friki.” Con respecto a su comparación con los geeks, en la cadena de tiendas Tiger Direct, hay un slogan que dice más o menos así “No somos geeks, somos especialistas”. Un foro por allí dice más o menos así: “a diferencia de un geek, que piensa más en el corto plazo, que está al tanto de cuál es la última versión de tal o cual dispositivo, el nerd piensa más en términos de humanidad, como por ejemplo qué sucederá cuando el hombre colonice las galaxias vecinas. El nerd es más Linux que Apple.” Ya se imaginarán de qué lado estamos.

Escribo esto mientras estoy aquí encerrado en mi lugar de trabajo. Afuera el sol invita a salir, pero se está tan cómodo aquí frente a la pantalla de mi ordenador… Recuerdo ahora un disco del gran Frank Zappa, Studio Tan (Algo así como “Bronceado de estudio de grabación”). Lo nerd puede encontrarse en todos los ámbitos.

Por supuesto que esto es sólo una introducción a la cuestión; estamos apenas raspando la superficie. Nuestros lectores sabrán usar los foros aquí debajo para dilucidar el asunto.

Leo en una página web el chiste: “Para entender la recursividad, hace falta entender la recursividad.”. Y otro más: “Me gustan los polinomios, pero sólo hasta cierto grado.” Y no puedo parar de reírme. ¿No son buenísimos?

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Escrito por Gianni Sabbione

Gianni Sabbione es editor literario, científico y músico. Como editor trabajó y trabaja en editoriales y medios internacionales de EE.UU., España y Latinoamérica. Es asesor en reorganización y automatización de áreas de IT e investigó en IA y redes neuronales.
Es cantante de sus bandas de hard rock solista y de Color Púrpura, y aprovecha su perfil en Neoteo para promocionarlas. Al menos hasta que se de cuenta el Sr. Director del sitio.

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