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Vórtices de radio que transmiten datos a 32 gigabits por segundo

A mediados de 2012 hablamos sobre un proyecto de la Universidad de Southern California en el cual se “retorcieron” rayos de luz para alcanzar una velocidad de transferencia inalámbrica de 2.5 terabits por segundo. Esta vez, los investigadores han logrado hacer lo mismo con ondas de radio, eliminando las limitaciones de los sistemas ópticos, y alcanzando unos nada despreciables 32 gigabits por segundo.

Tal vez sea suficiente con la velocidad de transferencia que entregan los routers WiFi actuales, pero esto no será así por mucho tiempo. Sabemos muy bien que el interés de la industria es adoptar formatos de mayor resolución, especialmente el 4K, lo que llevará a un drástico aumento de tamaño en el contenido, y a la necesidad de transferir datos más rápido de lo normal. En condiciones de laboratorio se han alcanzado velocidades escalofriantes, como es el caso de los 2.5 terabits por segundo hace poco más de dos años, cortesía de la Universidad de Southern California. Esa vez se aplicó el concepto de vórtice óptico, enroscando varios rayos de luz. Sin embargo, en la misma universidad han estado trabajando sobre la posibilidad de aplicar esa técnica a ondas de radio.

Vórtices de radio
Un ejemplo de los vórtices de radio creados por los investigadores

 

Su resultado es más satisfactorio de lo que esperábamos. El grupo de investigadores, con el profesor Alan Willner de la Escuela Viterbi de Ingeniería a la cabeza, establecieron una transmisión con una velocidad de 32 gigabits por segundo, a través de una distancia de dos metros y medio. Obviamente es más lento que el sistema óptico, pero semejante tasa equivale a diez películas de una hora y media en formato HD por segundo, y es treinta veces más rápida que la velocidad máxima ofrecida por la tecnología LTE hoy. Tal y como lo explica el propio Willner, la ventaja principal de usar radio es que sus ondas son más anchas, robustas y estables. Esto les da una mayor resistencia a interferencias físicas entre transmisor y receptor, sin mencionar el hecho de que no se ven afectadas por ciertas condiciones atmosféricas, cosa que sí sucede con la luz.

Además de su potencial en la electrónica de consumo general, la técnica podría ayudar en gran medida a la comunicación de bases terrestres, dando paso a una nueva generación de tecnología celular. El siguiente objetivo es incrementar la distancia y la capacidad de los transmisores. Los expertos recibieron soporte de la Oficina de Investigación Universitaria perteneciente a Intel Labs, y nada menos que nuestros amigos de DARPA, bajo su programa InPho.

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Escrito por Lisandro Pardo

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