Lisandro Pardo
En el pasado hemos visto una buena cantidad de coches personalizados. Uno de los ejemplos más recientes fue el TRUCKLA de Simone Giertz, pero también conocimos proyectos como el Ford Beatnik, y conceptos antiguos al nivel del Astra-Gnome. Sin embargo, muchos entusiastas y profesionales del «car modding» suelen experimentar con limusinas, y así nació American Dream, una limusina de 30.5 metros de largo con dos motores y 26 ruedas, un Jacuzzi, un green para practicar golf, una piscina, y hasta un helipuerto en la parte posterior.
El nombre de Jay Ohrberg tal vez no sea tan conocido fuera del «car modding», pero puedo garantizar una cosa: Ya te has cruzado con sus proyectos más importantes. ¿Recuerdas al «General Lee»? ¿El coche de «La Pantera Rosa»? ¿O el «Modo de Super Persecución» de KITT? Todos ellos fueron creados por Jay Ohrberg, al igual que el Ford Gran Torino de «Starsky & Hutch», y por supuesto… el inolvidable DeLorean de «Back to the Future».
Sin embargo, su experiencia se extendió mucho más allá del cine y la televisión, y en 1992 completó a lo que se convertiría en la limusina más larga del mundo: «American Dream». Construida a partir de dos Cadillacs, American Dream llegó a medir 30.5 metros de largo, lo que le permitió ingresar sin dificultades al Libro Guinness de los Récords. La información disponible indica que la limusina usaba dos motores, 26 ruedas (aunque la mayoría de las imágenes sugieren 24), y dos conductores para simplificar el proceso de ir en reversa.
¿Lujos? Jacuzzi, cama de agua (king-size, obviamente), un pequeño green para mejorar en el golf, piscina, y la respuesta es no, tus ojos no te engañan: Lo que aparece en el fondo es un helicóptero. American Dream llevaba su propio helipuerto a todas partes.
Una vez concluida su aventura comercial, American Dream terminó abandonada en un depósito de New Jersey. El daño acumulado fue enorme, a un punto tal que todos los planes de restauración mordieron el polvo. Sólo en 2014 llegó a encontrar un lugar en el Autoseum Automotive Teaching Musem de New York, donde los estudiantes pueden practicar reparaciones avanzadas.
Fuente: Vintage Everyday
