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«Glitter Bomb Trap 2.0»: El regreso de la bomba de glitter para ladrones

«Ft. Macaulay Culkin»

Bomba de glitter

En diciembre de 2018 compartimos uno de varios proyectos publicados por Mark Rober, el cual se volvió viral en cuestión de minutos debido a una simple razón: Castigaba a los ladrones de paquetes con una explosión de glitter y horribles flatulencias artificiales. Un año después, el robo de paquetes continúa en niveles escandalosos, y Mark decidió volver al ataque con una versión revisada de su bomba automática de glitter, que demandó once meses de desarrollo. El vídeo cuenta con algunos invitados, incluyendo al verdadero maestro (y fuente de inspiración) de los artefactos anti-ladrones…

La historia comenzó un año y medio atrás, cuando Mark Rober sufrió el robo de un paquete en la puerta de su casa. La policía decidió no hacer nada aún con el registro de las cámaras de seguridad, y eso llevó al desarrollo de la primera bomba de glitter camuflada como paquete. La Web recibió con los brazos abiertos a ese acto de justicia tecnológica, pero la realidad es que 1.7 millones de paquetes diarios son robados o extraviados al otro lado del charco. Hora de la versión recargada.



El primer paso fue rediseñar a la bomba, de modo tal que no sea un «nido de ratas» (propias palabras de Mark) repleto de cables. Esto fue posible gracias al trabajo de Sean Hodgins (quien tiene un canal de electrónica y robótica), con PCBs personalizados y acelerómetros integrados.

La bomba también cuenta con nuevas medidas de seguridad, de modo tal que sólo puede ser desarmada usando herramientas especiales. Finalmente, Mark decidió modificar la fórmula de sus flatulencias artificiales para que sea más potente, y duplicó la cantidad del spray.

En total, Mark fabricó diez cajas, todas equipadas con cuatro smartphones y enlaces LTE que permiten la carga del vídeo a la nube, en caso de que no recuperen a los dispositivos. El uso de glitter biodegradable y la inclusión de efectos de sonido (por ejemplo, llamadas falsas entre policías) fueron pequeños toques adicionales. Mark no tuvo demasiados problemas para encontrar voluntarios que distribuyeron sus bombas en territorio estadounidense. El resto fue cuestión de esperar…



Y por lo general, los ladrones volvieron a caer, además de terminar cubiertos con glitter y olor a excremento. Pero el proceso no fue necesariamente perfecto. Después de algunos inicios fallidos, uno de los voluntarios prefirió robar el paquete y quedarse con los cuatro smartphones. Mark se vengó de una forma muy particular: Usó su información de contacto para hacerlo pasar como alguien interesado en la cienciología, compró todos los libros de L. Ron Hubbard a su nombre, creó varias tarjetas falsas con referencias a terraplanismo, problemas de olor corporal, inmigración y otros temas «incómodos», y accidentalmente distribuyó copias entre sus vecinos.

Al mismo tiempo, no fueron pocos los que trataron de proteger el paquete, o recogerlo para usar la información de contacto y entregarlo a su dueño antes de que alguien más lo robe. Mark los recompensó con 400 dólares, una suma nada despreciable. Supongo que la «broma» ya quedó agotada en este punto, pero la verdad de fondo se mantiene intacta: Hay idiotas que seguirán robando paquetes.



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Escrito por Lisandro Pardo

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