Lisandro Pardo
Si buscamos información sobre las patatas Pringles básicamente vamos a descubrir dos cosas: Que son sabrosas y malas para la salud (típico), y que sus tubos pueden ser convertidos en antenas WiFi. Pero al igual que sucede con otros productos populares, la curiosidad hace que nos preguntemos cómo se preparan con exactitud. Cuando salen del tubo, las patatas son curvas y crocantes, una transformación que requiere la intervención de varias máquinas, y cerca de veinte minutos.
Todo comienza con una mezcla precisa, que en este caso es un tercio de agua, y dos tercios de una combinación entre patatas (ya sean en chispas o reducidas a polvo) y harina fina de maíz. Una máquina se encarga de esparcir el contenido, y un rodillo gigante con cuatro toneladas de presión crea una delgada «lámina de patatas». Una cortadora rotativa divide a la lámina en patatas individuales, mientras que otro dispositivo retira el excedente para su reutilización. En este punto las patatas son planas y frágiles, pero eso cambia una vez que ingresan a la freidora.
El primer paso de la freidora es aplicar una serie de moldes con forma cóncava que le dan a las patatas su clásica apariencia, y las hace muy fácil de apilar más tarde. Las patatas continúan su camino y pasan por un depósito lleno de aceite caliente, permaneciendo sumergidas apenas once segundos. Ahora las papas son crocantes, pero tienen un exceso de aceite muy importante, el cual es eliminado con la ayuda de sopladores. Luego reciben una capa de condimento (Pringles presenta 27 sabores en su página oficial de los Estados Unidos, eso sin contar las variantes regionales), y son volteadas al pasar de una cinta a otra. Las patatas llegan así a la fase de inspección visual, y una nueva máquina las sacude para separar las pilas.
Una sistema de balanzas determina las porciones, y las patatas son insertadas en los tubos con cucharas automáticas, dando ligeros golpes en la parte superior de los tubos (así es, se cargan por debajo). Una vez que las patatas están cargadas, los tubos son trasladados a una estación que instala la tapa inferior con un movimiento giratorio. El resto es cuestión de llenar cajas e iniciar su distribución. El vídeo sugiere que las patatas pasan de pasta a producto finalizado en veinte minutos, pero imagino que deben existir líneas de producción aún más veloces.
(N. del R.: El cuadro que sugiere otro vídeo a 20 segundos del final es muy molesto, pero así lo configuró el uploader. No podemos hacer nada de este lado.)
Recuerdo cuando aquí en México las Pringles se fusilaron el slogan ” A que no puedes comer solo una” de la marca Sabritas (Lays en otros lados) y pringles tuvo que meterle reversa al asunto. Ahora casi todas las marcas pertenecen a compañias gringas.
En Argentina tenemos segundas y terceras marcas que son mucho más baratas y de origen nacional. ¡E igual de ricas! Son baratas porque no hacen publicidad y le ahorran ese costo al consumidor, no por una cuestión de calidad.
y por ese motivo nunca comeré las pringles. Prefiero las papas fritas normales, las naturales.
Un Uruguay tenemos segundas y terceras marcas, pero hechas en china!