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¿Cuándo terminará la pandemia de COVID-19?

Explorando conceptos básicos y posibles escenarios futuros para el virus

Cuándo terminará la pandemia

COVID-19. La enfermedad ha extendido su presencia mucho más de lo que esperábamos, a un punto tal que sus variantes desarrollaron cierta adicción por el alfabeto griego. Sin embargo, los datos sugieren que la versión más reciente es menos letal en comparación con sus predecesoras. ¿Podemos hablar de una fase endémica, o es demasiado pronto? ¿Qué otros caminos puede tomar el virus? ¿Cuándo terminará la pandemia de COVID-19? El último vídeo de AsapSCIENCE explora las respuestas…


Sólo hay una cosa que podemos decir con absoluta seguridad sobre COVID-19 y con la que todos estamos de acuerdo: Queremos que se vaya de una vez, o al menos, que termine en un segundo plano sin hacer daño. Muchos países estudian adaptar sus estrategias de cara a la segunda opción, una «fase endémica» que transforme a COVID-19 en algo con lo que se pueda convivir.

Lógicamente, algunos expertos están en desacuerdo… pero el maldito bicho nos ha agotado a todos, y la pregunta se repite día tras día: ¿Cuándo terminará la pandemia de COVID-19? Hablar sobre su final nos hace sentir un poco mejor, sin embargo, la gente de AsapSCIENCE publicó un vídeo en el que explora seis posibles escenarios o «destinos» para el virus.


El fin de la pandemia de COVID-19: Seis posibilidades


Uno de los primeros detalles que debemos destacar es que la idea de que un virus sólo evoluciona para convertirse en una variante más «suave» es un mito. Las mutaciones apuntan a dos factores esenciales: Transmisibilidad, y capacidad de evasión a la respuesta inmune. Cuanto más tiempo permanece el virus en su anfitrión (o sea, el tiempo que «pasamos enfermos»), mayor es la posibilidad de nuevas mutaciones. Delta demostró ser un 60 por ciento más transmisible que las variantes previas, mientras que Omicron hizo explotar todos los gráficos.


cuándo termina la pandemia
Las variantes óptimas poseen un equilibrio entre «demasiado letal» y «sin transmisibilidad suficiente»

Pero el virus debe pagar un precio. Tal y como lo indica el vídeo, necesita encontrar un equilibrio entre letalidad y transmisibilidad. Las variantes más óptimas bajo esta relación son las que se esparcen de manera más efectiva, y Omicron nos está dando una clase maestra: Con 30 mutaciones, Omicron se las arregló para ser más transmisible e infectar tanto a personas ya vacunadas como a las que cayeron enfermas con Delta. Bajo este juego aparentemente interminable, los expertos anticipan seis escenarios:

  1. Avances en las campañas de vacunación a nivel global permitirán mejorar la inmunidad celular T de la humanidad, lo que llevará al virus a una fase endémica, con brotes y epidemias de diferentes tamaños, aunque similares a los de otras enfermedades respiratorias.
  2. El virus aún entra en fase endémica, pero una parte de la población quedará expuesta a infecciones futuras. El virus seguirá evolucionando, y la pérdida de capacidad inmune será restaurada con campañas anuales de vacunación.
  3. Uno de los escenarios más optimistas es la creación de una vacuna universal, algo similar a lo que sucedió con el sarampión. Una sola vacuna para toda la vida, y los únicos sin protección serán los recién nacidos, que la recibirán cuando sea apropiado.
  4. El virus terminará en una situación similar a la del virus sincitial respiratorio, que causa un número importante de infecciones durante la niñez (menores de dos años). Los síntomas son leves en la gran mayoría de los casos, aunque arrastra un porcentaje moderado de hospitalizaciones. Los adultos sienten menos su impacto debido a la exposición previa.
  5. El virus adopta un perfil como el del Influenzavirus A. Una rápida evolución le permitirá escapar a la inmunidad desarrollada con variantes previas, transformándose en una enfermedad estacional principalmente transmitida por adultos. Las vacunas anuales seguirán teniendo utilidad, pero necesitarán actualizaciones.
  6. El virus adopta el perfil del Influenzavirus B. Su evolución es más lenta, y son los niños quienes esparcen la enfermedad debido a su menor inmunidad. En cambio, los adultos contarán con una mejor defensa gracias a la combinación de infecciones previas y la vacunación.

Para resumir, es muy complicado. En vez de imaginar cuándo terminará la pandemia, es mejor visualizar que COVID-19 tal vez nunca se vaya del todo, pero cada vez la conocemos un poco mejor, y nuestras herramientas para combatir la enfermedad serán más eficientes.


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Escrito por Lisandro Pardo

5 Comments

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  1. Si realmente hubiese una epidemia podría dar mi opinión, pero ante una absurda enfermedad imaginaria, pues no tengo nada que decir excepto, que yo no me dejo engañar tan fácilmente

    • No te dejas engañar tan fácilmente pero ni sospechas cuán engañado vives. “Una absurda enfermedad imaginaria”, dices. Entonces, ¿De qué han fallecido tantísimas personas? Está claro que no tienes nada que decir porque no sabes ni por donde te sopla el viento. No faltes al respeto a tantos muertos por un virus letal, y respeta a los sanitarios que se han deslomado para salvar vidas. Los negacionistas como tú no tenéis ni un solo argumento válido y despreciáis a la ciencia. Sois muy, muy ignorantes, con el agravante de que vuestra ignorancia mata. Infórmate mejor y no seas tan inconsciente. Es un tema muy serio.

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