DeadSocial: Cómo escribir estados de Facebook aunque estés muerto

A las tres cosas que hay que hacer antes de morir (plantar un hijo, escribir un árbol y tener un libro) hay que sumarle una más: dejar un testamento virtual en DeadSocial, el servicio que te permite enviar mensajes por las redes sociales una vez fallecido. ¡Ni muertos vamos a dejar de publicar tonterías!

Morir ya no es lo que era. Menos en estas épocas de interconectividad furiosa, donde todo pasa por las redes sociales o es como si nunca hubiese existido. Y si de cada ocasión hacemos fotos, videos y comentarios, ¿cómo no celebrar de la misma forma nuestra muerte, el evento más importante de nuestra vida después de haber nacido? Ese es el servicio que brinda DeadSocial, sitio cuya traducción literal al castellano debería reescribir todo lo que sabemos de estar finados.

Y es que DeadSocial te permite, de verdad, ser un muerto social. Lo logra ofreciéndote programar (EN VIDA) una serie de estados a enviarse en diferentes fechas estipuladas, siempre y cuando se haya confirmado tu muerte. Los mensajes pueden contener lo usual en estos casos (texto, video y fotografías). El servicio enviará estos estados a cualquiera de los tres sitios sociales compatibles (Facebook, Twitter y/o Instagram) y lo hará todo mientras a ti te comen los gusanos y no te enteras de nada.

Para que el servicio se active, eso sí, deberás elegir uno o varios “ejecutores de testamento“, personas cercanas a ti, que serán las encargadas de confirmar a DeadSocial que tú ya no existes más sobre este mundo. Confirmar el fin tus días es simple: tu ejecutor debe iniciar sesión en DeadSocial, tildar una casilla y pinchar Aceptar.

El servicio de testamentos tuvo una primera versión muy satisfactoria, que finalizó hace poco. Actualmente se encuentra en pausa evolutiva. Promete volver en Mayo de 2017 y habitilar otras 10.000 cuentas gratuitas.

Por eso, si te seduce la idea de ser un zombi 2.0, ve y déjales tu email. A mi se me ocurren unas cuantas y divertidas bromas que gastar a unos cuantos. Me moriría, literalmente, de risa. Es más… ¡Desearía morirme ya mismo para ver sus caras cuando empiecen a recibir mis mensajes póstumos! MUAJAJA.

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