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Ephemeris: Para que no choquen más satélites

Hay un montón de cosas en órbita alrededor de la Tierra. Algunas grandes, como la EEI, y otras tan pequeñitas como un tornillo. Pero todas se mueven a altísimas velocidades, convirtiéndolos en peligrosos proyectiles capaces de derribar un satélite de varios  millones de euros. Sin embargo, hay herramientas como Ephemeris que permiten, gratuitamente, seguirle el rastro a cada uno de estos chismes en nuestro ordenador. ¿Te apuntas?

Todos hemos leído con atención la noticia del choque entre dos satélites ocurrido hace unos días. A pesar de lo grande que es la región del espacio a la que enviamos nuestros cacharros, su número cada vez mayor incrementa día a día la posibilidad de un accidente. Realmente, el software que se emplea para calcular la órbita de cada nuevo satélite que se envía al espacio, para que no pase cerca de ninguno de los que ya están en el cielo, debe ser algo digno de ver. Además, cada misión espacial nueva, ya sea un viaje con suministros para la Estación Espacial Internacional (EEI) o la puesta en órbita de un nuevo satélite, agrega elementos de desecho nuevos a la ya atestada zona útil de la órbita terrestre. La Agencia Espacial Europea tiene catalogados unos 12.000 objetos con órbitas conocidas, que giran sobre nuestras cabezas. Estos trozos de metal se conocen como “chatarra espacial”, y constituyen un elemento de peligro que puede acabar con la vida de un satélite. Se supone que estos proyectiles vagarán a la deriva hasta que sean eliminados por la propia atmósfera terrestre.

De hecho, el satélite comercial de la red Iridium se estampó contra el artefacto ruso fuera de servicio sumó, al menos, 600 nuevos “escombros” de gran tamaño. Afortunadamente, la órbita de esos restos no ha sido “cuidadosamente planificada”, por lo que se supone que irán cayendo uno a uno a la tierra en los próximos meses, incinerándose en la atmósfera sin cargarse a la pasada algún otro satélite.

Nadie conoce el número total de objetos que se encuentran en órbita. Esto se debe a que los países que se encuentran en condiciones de poner una carga útil en el espacio tienen sus propios planes secretos, y (seguramente) ponen en orbita algunas cosillas de las que luego se “olvidan” de informar al resto de la comunidad científica. Esto hace imposible tener una lista completa de “qué” y “dónde” están los satélites en cada momento. Pero a pesar de todo esto, existen proyectos destinados a seguirles el rastro a estos vehículos. De hecho, la North American Aerospace Defense Command (NORAD) distribuye unas tablas con la información necesaria para poder saber en todo momento dónde se encuentra cualquier objeto (no secreto) que se encuentre en órbita y tenga un tamaño mayor a un puño. Con esta información pueden crearse interfases gráficas muy útiles para ver, en tiempo real, que es lo que ocurre sobre nuestra cabeza.

Ephemeris es un applet escrito en java que puede utilizarse de forma online u offline en nuestro modestísimo ordenador de escritorio para ver exactamente dónde está cada uno de estos objetos. Utiliza una interfaz que recuerda vagamente a la de Google Earth, pero en lugar de concentrarse en el terreno que pisamos nos muestra qué hay sobre nuestra cabeza. Es capaz de leer tablas como las que elabora NORAD para agregar nuevos elementos a la simulación, y “avanzar” o “retroceder” en el tiempo para averiguar donde se encontrará (o encontraba) un objeto en particular dentro (o hace) un tiempo. Ni bien ejecutas el programa aparece un puñado de objetos dando vueltas como locos alrededor de la tierra. Lo primero que tienes que hacer es presionar “h” para enterarte de cuáles son los comandos de los que dispones. De esa forma podrás agregar o quitar de la pantalla las curvas de las trayectorias trazadas por cada objeto, centrar la vista en un punto en particular, hacer que la Tierra gire y casi cualquier cosa que se te ocurra. Realmente es muy completo y simple de utilizar.

Si descargas una versión completa de la tabla que lista los objetos en órbita te sorprenderá ver la verdadera nube que forman en torno al planeta. Eso sí, tu ordenador puede tener problemas para mantener la simulación corriendo en tiempo real si no es de los mas nuevecitos. Puede que te sorprenda la velocidad con la que se mueven por la pantalla cada uno de los cuadritos que representan los satélites. De hecho, es bastante acojonante ver como parece en cada momento que se van a chocar ente sí. Pero eso se debe, obviamente, a una cuestión de escala. Cada cacharro está representado por un puñado de píxeles, con un tamaño que en proporción es muchísimo mayor al real.

Respecto a la velocidad tenemos que aclarar dos cosas. En primer lugar, asegúrate que la animación no este corriendo a una frecuencia mayor que “1 a 1”. Eso lo controlas con las flechas arriba y abajo en el teclado. Aún así, verás que cualquier satélite (salvo los geoestacionarios, por supuesto) cruzan el planeta en unos pocos minutos. Es que para que un bicho de esos se mantenga en una órbita estable, la (mal) llamada “fuerza centrífuga” debe ser igual a la fuerza gravitacional. A medida que los satélites siguen una órbita más alejada de la Tierra, más despacio se desplazan. Pero aun así, un satélite debe moverse a unos 27 mil kilómetros por hora para girar a unos 500 kilómetros de altura (generalmente de uso militar) o a “solo” 21 mil si se encuentra a unos 5.000 kilómetros de alto. Esa velocidad disminuye hasta los 36.000 donde se encuentran los dedicados a las comunicaciones.

Como puede verse, miles de objetos moviéndose a esas velocidades hacen del “control de tráfico” un problema bastante complejo. Afortunadamente, herramientas como Ephemeris y sus “hermanas mayores” utilizadas por las agencias espaciales evitan (casi todo el tiempo) que estos trastos se destruyan entre sí. Si gustas, puedes pasarte toda la noche en vela controlando que no haya accidentes. Puede ser más interesante que ver la TV.

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Escrito por Ariel Palazzesi

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