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Jet Lag Social: Dormir mal engorda

Dormir mal hace mal. Así de simple es la sentencia que da origen al estudio desarrollado por un grupo de investigadores del instituto de Psicología Médica de Munich, que tomando datos de más de 65.000 personas y sus hábitos de descanso, llegaron a la conclusión de que nos estamos matando de a poco gracias a la distorsión de los tiempos de sueño necesarios para nuestro cuerpo. El estudio indica que cuanto más diferente es nuestro descanso en los días de semana y en los fines de semana, más contribuimos a generar sobrepeso y obesidad. Se llama Jet Lag social, y no sólo engorda, también mata.

Desde que nuestras madres y abuelas nos retaban sin descanso porque nos quedábamos hasta después de hora mirando la televisión o jugando con el ordenador, tenemos en mente que lo que dormimos no está nada bien. Los días de semana, por el trabajo o la escuela, nos tenemos que levantar temprano. Esto ha sido así desde hace cientos de años, pero lo que actualmente ha venido deteriorándose es la cantidad de sueño total que tenemos debido a que resignamos horas de sueño en pos de realizar más actividades diarias. Esto es lo que nos está matando según el estudio alemán, pues esas horas que perdemos no sólo no las recuperamos más, sino que también colaboran en la generación de una asincronía corporal llamada jet lag social que nos pasa factura antes de lo que pensamos.

El Jet Lag Social es la denominación que le cabe a la diferencia de tiempo de sueño que tenemos los días de semana y los fines de semana. Till Roenenberg, a cargo del equipo de investigación, comenta que la diferencia de ritmos en diferentes etapas de la semana significa que nuestro cuerpo vive en dos horarios diferentes y por ello expresa un desajuste crónico entre lo que nuestros cuerpos necesitan y lo que nuestras actividades e interés diarios requieren. Esta diferencia es letal, pues influye en el reloj biológico y los ritmos circadianos, por lo que podría estar afectando nuestro metabolismo y con ello propiciando la obesidad y el sobrepeso. Si a estos modificadores biológicos los sumamos a la supervivencia en una sociedad y cultura sedentaria, estamos en claros problemas.

Según los datos recogidos, el índice de masa corporal de las personas encuestadas aumentaba a medida que crecía la diferencia de horas de sueño entre semana y las de los fines de semana. La propuesta del investigador es clara, tratar de mantener un balance entre lo que se descansa en toda la semana, respetando lo más posible los horarios que más se repiten. Esto es importante porque nuestra vida diaria está regulada por el núcleo supraquiasmático, ubicado en el hipotálamo. Este es el que es conocido como nuestro reloj biológico, pero también es termómetro y centro de análisis de secreción de hormonas y presión arterial. Cada vez que desajustamos un poco más a este reloj, el jet lag social se acumula.

Es así que por cada hora que añadimos al jet lag social, los riesgos de sobrepeso aumentan hasta en un 33%. Los motivos de esto no se sabe con detalle, pero los investigadores creen que es porque forzamos al cuerpo a comer cuando no lo necesita ya que los niveles de grelina (hormona del apetito) son muy altos y la de leptina (de la saciedad) son muy bajos. Conociendo esto un poco más en detalle puedes hacer otro esfuerzo por tener una vida más sana, pero también te puede servir y darte una pauta para criticar la clase de sociedad y sistema económico en el que estamos viviendo, pues estos desfajes no son propios de algunos irresponsables, sino del 80% de los habitantes del mundo.

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Escrito por Nico Varonas

7 Comments

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  1. Pues hará cosa de tres o cuatro meses que decidí tener una vida ordenada en lo que respecta a dormir. Yo era de horario irregular, robando en más ocasiones de las aconsejadas horas de sueño, por estarme más tiempo delante del PC. Necesito desconectar despues de trabajar, antes de irme a dormir. Los fines de semana eran peor, puesto que me acostaba más tarde y tambien dormía hasta más tarde. Ahora me acuesto siempre a la misma hora y me levanto siempre igual, independientemente de que sea entresemana o fín de semana. Puedo garantizar que ahora estoy mejor que primero y si me decidí al cambio es porque yo mismo ví que me estaba matando. En resumen, que es preferible dormir menos pero siempre con el mismo horario que no más, pero con horario irregular. Ahora duermo 7 horas tanto entresemana como los fines.

  2. "Los motivos de esto no se sabe con detalle". Al leer esta frase caí en cuenta que no se ha llegado más que a meras especulaciones. ¿Qué habrían concluido si el estudio si hubiese hecho en las épocas antiguas, cuando se acostumbraba a dormir en dos partes (primer sueño y segundo sueño) y no de un tirón como se hace ahora?

    • #3 No veo qué tiene que ver con temas de mujeres. ¿Acaso no es importante para todos lo que se refiera a mejorar la salud? Si pensamos así los médicos tendrían que atender mujeres solamente… Estudié el tema del ritmos circadiano en la licenciatura de Recursos Humanos, en la materia Calidad de Vida Laboral. Es fundamental conocer las graves implicancias que tienen para la salud las actividades que realicemos en horarios en que nuestro cuerpo nos pide descanso. Por ejemplo, lo trabajadores nocturnos pueden terminar con problemas digestivos, con problemas de no recuperación física y mental por el descanso diurno (las etapas de sueño MOR -movimiento ocular rápido- son más cortas durante el día. Afectan a la recuperación psíquica diaria que nos da equilibrio mental). Estos problemas con el tiempo traen aparejadas conductas e aislamiento social y llegan a terminar en suicidios. El tema no es menor.

  3. Lo que habría que hacer es eliminar esa condenada manía de madrugar, de levantarse de la cama antes siquiera de que haya amanecido (como animales diurnos que somos, lo natural para nosotros es irnos a dormir cuando anochece —o un poco más tarde— y levantarnos con el amanecer del sol —para esto habría que apagar el alumbrado público y dejar las persianas abiertas—, no cuando al subnormal del jefe se le haya antojado). Y también ajustar horarios, que no vivimos exclusivamente para trabajar. No somos unas malditas máquinas sin vida fuera de las fábricas. Poco les costaría a esos cabrones que cobran millonadas por no hacer nada en la empresa, bajarse el sueldo a la mitad para meter más trabajadores y reducir las horas que trabaja cada uno.

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