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Kilobots: Los mini robots de Harvard en acción (vídeos)

En el 2011, los Kilobots hicieron su aparición por primera vez y le mostraron al mundo cómo se podían organizar para moverse al mismo tiempo y sortear objetos, mover cosas o simplemente transportarse en enjambre. En esta actualización sobre su tecnología, ahora podemos ver en dos vídeos cómo es que trabajan juntos. El enjambre de 100 kilobots trabaja en grupo y demuestra que su bajo costo de comercialización no tiene nada que ver con la falta de calidad. Así que prepárate a ver a los mini robots de Harvard en acción.

En el pasado hemos visto en funcionamiento varios enjambres de robots que se unen para hacer determinadas actividades programadas. Algunos se manejan como si de un pelotón se tratase, siguiendo el paso del que va delante y marchando en múltiples formas. Otros han demostrado tener más intelecto que el necesario para ser militar, por lo que han desarrollado tareas evadiendo obstáculos. Verlos en acción es una experiencia que genera tanto asombro como incertidumbre, pues enseguida surge la pesadilla de presenciarlos marchar contra nosotros ante una posible rebeldía de la inteligencia artificial. Por ahora hay que estar tranquilos, pues este enjambre de robots, llamados Kilobots, no tienen intenciones de conquistarnos, salvo por lo económico de su precio en compras por mayor y por lo rápido que se mueven con sus patas mediante vibración.

Presentados por la Universidad de Harvard, los Kilobots llamaron la atención al ser diferentes de los enjambres que son conocidos actualmente. El problema que los kilobots no tienen es el precio abultado, lo que hacía que este tipo de experimentos quedase reservado para una pequeña parte de la comunidad y de los aficionados. El negocio es bueno si eres un mayorista o un científico con muchas intenciones de formar un ejército de autómatas, pues estos robotitos sólo cuestan 14 dólares si los compras en “paquetes” de a miles. El funcionamiento de los mismos replica las formas estándares, en las que un Kilobot  (33 cm) se comunica con su vecino a través de un LED infrarrojo que brilla y se refleja en  la superficie por la cual transitan. De esta manera, cualquier kilobot que esté a 7 cm de la fuente de emisión, detectará la comunicación gracias a un fotodiodo receptor de infrarrojos.

Michael Rubenstein, Christian Ahler, y Radhika Nagpal del Grupo de Investigación de sistemas auto-organizados han comenzado a construir su propio ejército de pequeños robots, que son los que vemos en los videos presentados en donde, en el primero, se los ve emigrando hacia una fuente de luz. El video está acelerado diez veces y tiene el fin de mostrar cómo se mueven en masa y cómo detectan la luz a través de un sensor de luz visible en cada pieza. El segundo video muestra cómo trabajan juntos para mover objetos de grandes dimensiones. Este video está acelerado 20 veces, por lo que evidentemente este ejército no es demasiado rápido todavía. Si quieres ver más videos de los Kilobots, el grupo de científicos abrió un canal de YouTube para mantenernos al tanto de lo que logran.

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Escrito por Nico Varonas

5 Comments

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    • #2 Es curioso como dices "trucho" sin ver el trasfondo. Los kilobots no tienen extremidades, así que la estructura es necesaria.
      Lo que realmente pretenden demostrar los de Harvard es como cien de estos kilobots trabajan de forma semi-autónoma y colaborativa… Como un enjambre, resaltando igualmente que el costo de fabricación es "bajo".
      El problema es que el artículo no fue llevado del todo bien, al no mencionar las fases previas del proyecto. Lee mejor el artículo de Gizmag (En inglés) que es un poco más claro sobre el tema (Igual, se supone que esa es la idea de que Neoteo ponga la fuente al final, para que leas más).
      http://www.gizmag.com/one-hundred-harvard-kilobot-swarm/25898/

  1. Habria que ver cual es el entorno de manejo de estos "bichos", debe estar muy interesante llegar a crear tareas y que los kilobots se organizen para llevarlas a cabo. Buen artículo.

  2. Estos kilobots me recordaron aquella novela llamada Presa (Prey) de Michael Crichton. La idea es que no se requiere una programación exhaustiva para que un grupo de elementos trabajen colaborativamente, sino que basta con proporcionarles una ecuación de comportamiento sencilla (igual para todos). Espero que algún día los kilobots evolucionen a un nivel superior, como por ejemplo: nanomáquinas que solo sepan destruir células cancerígenas apenas se crucen en su camino.

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