Lisandro Pardo
Si hay algo que no podemos negar de la vieja Unión Soviética, es que su visión de un futuro hiper-tecnológico era gigantesca. Básicamente cada aspecto de nuestra vida estaría automatizado, un requerimiento crítico para mantener ciudades que se extienden por kilómetros hacia el cielo, ocupar las regiones más hostiles de la Tierra, y colonizar el espacio exterior. Un filme para niños de 1976 explora algunos de esos conceptos, realizando varias predicciones sobre cómo sería el mundo dentro de un siglo.
Salas de exámenes personalizadas, invernaderos con jardines que siempre se mantienen verdes, un equilibrio preciso entre las nuevas ciudades y las viejas construcciones, protección e imitación de la naturaleza, colonización del mar con islas artificiales… esta vieja película no deja títere con cabeza. Todos sabemos cuál fue el destino de la Unión Soviética, pero aún nos encontramos bastante lejos del 2076. ¿Tal vez algo de esto se convierta en realidad…?
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Deben coexistir con la naturaleza a su alrededor, y crecer como un organismo vivo
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La imagen de bienvenida, que nos invita a explorar el futuro de las ciudades en 2076
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Las plantas construyen siguiendo las mismas reglas que los ingenieros, pero su tecnología es mucho más precisa y perfecta
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Una ciudad con 170 mil habitantes, que ocupa una fracción del espacio y utiliza menos materiales
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Un domo antártico que conserva el calor, brinda protección frente a las tormentas y cuenta con proyectores para compensar la noche polar
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Podría ser construida en el lado oscuro para proteger a sus habitantes de la radiación
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La última imagen invita a los niños a compartir sus propias ideas sobre las ciudades del futuro
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La generación de aire, alimento y agua podría ser resuelta «con nuestro nivel tecnológico actual»
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