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Mirror’s Edge: Parkour distópico

DICE, la compañía responsable de la mayoría de los títulos de la serie Battlefield, decidió desviarse de lo que sabe y tomar un camino diferente. El resultado de ese camino es Mirror’s Edge, un juego de plataformas en primera persona que promete una experiencia como ninguna otra. Luego de jugarlo no cabe duda de que Mirror’s Edge es un animal diferente, pero ¿entregará dicha experiencia o caerá al vacío en el intento?

La naturaleza de Mirror’s Edge es una controversial. Porque mientras que innova en muchos aspectos, relega otros elementos que podrían haber sido más fuertes resultando en un juego más sólido. Es por eso que probablemente el gusto final dependerá de la frustración que pueda soportar el jugador o la gratificación que le dé cada salto bien conectado.

Como probablemente sabrás, el personaje del juego practica parkour, una disciplina que consiste en desplazarse por un medio urbano o natural superando los obstáculos que se presenten, de la manera más eficiente y fluida posible utilizando solo la fuerza del cuerpo. Y eso es lo que te pasarás haciendo en Mirror’s Edge. Realizando piruetas locas en azoteas, estaciones subterráneas y centros comerciales, entre otras locaciones.

Aquellos con vértigo... están advertidos.

Ahora bien, seguramente pensarás: “Esto ya se hizo”, Prince of Persia y Assassin’s Creed son los ejemplos más claros. Pero aunque se ha hecho, nadie lo ha hecho de la manera que lo hace Mirror’s Edge, ya que en vez de presentar una perspectiva en tercera persona todo sucede en primera persona. Y esta pequeña diferencia lo convierte posiblemente en el juego más gratificante de los últimos años. Lograr conectar saltos imposibles de un edificio a otro y luego subir a una escalera saltando de una pared a otra son experiencias que aumentan su intensidad por la perspectiva en la que se ve y entrega resultados que ningún otro juego en el mercado puede reproducir.

Las caídas nunca fueron tan dolorosas como en Mirror's Edge. La cámara en primera persona le da un toque más personal al dolor.

Sin embargo no todo es tan bonito. Ya que por cada cosa inmensamente gratificante que logres tendrás otras tres que te darán ganas de tirar todo al demonio. Por un salto increíble, hay tres caídas sin sentido que te arruinan el momento. El problema principal con Mirror’s Edge es que nunca logra mantener el paso deseado y, aunque muchos le adjudican este problema al juego, a nosotros nos hace más sentido culpar al jugador. Pero tampoco es que él tenga la culpa, sino que es imposible saber siempre para qué lado ir o lograr todos los saltos en el primer intento. Si DICE hubiese decidido hacer que todo salga en el primer intento el juego sería demasiado fácil y se perdería cualquier sensación de desafío. Al  hacer un juego de este estilo es imposible mantener el paso rápido y tarde o temprano el jugador va a tener que detenerse a analizar el escenario y elegir la mejor ruta.

De todos modos el jugador no debe decidir solo, ya que tiene a su disposición una útil herramienta llamada runner’s visión, que pinta de color el lugar por el que debería ir. Esta opción se puede desactivar, pero si la utilizas a medida que vayas avanzando en el juego cada vez será más difícil de notar. Esto se debe a que gráficamente utiliza muchos colores primarios. Su estilo artístico es muy especial y representa a la perfección la idea de la ciudad totalitaria que tanto sostiene. Por otro lado la música merece una mención especial, porque ha sido dirigida de manera brillante.

La historia de Mirror’s Edge cuenta la historia de Faith, una corredora (runner), cuyo objetivo es transportar información de un lado a otro. La razón por la que se necesitan corredores es porque viven bajo un régimen totalitarista que controla toda la información. Pero más importante aún en la narración, es la historia de por qué Faith se convirtió en corredora. Lo que deriva en un drama familiar y una historia que lamentablemente no entrega en ningún momento. Y una de las razones principales por la que no satisface es la forma narrativa que eligieron. La historia se cuenta mediante cutscenes con un estilo similar a animaciones hechas en Flash. Estas animaciones están bien logradas, pero quedan fuera de lugar y en completo contraste al estilo del juego. Además, por más noble que sea la misión de Faith nunca termina de desarrollarse como personaje y el jugador no puede empatizar como debería.

En cuanto a la jugabilidad una de las cosas que todos nos preguntábamos si iba a funcionar era la cámara en primera persona y, sorprendentemente, es uno de los puntos más fuertes del juego. Seguramente si Mirror’s Edge hubiese sido en tercera persona habría sido uno más del montón, pero el hecho de que sea en primera le da una perspectiva no explorada en la industria y de la manera que está ejecutado merece un género propio.

Sí, al principio es muy extraño y cuesta acostumbrarse. Principalmente porque no se ve cómo esta posicionado el cuerpo de Faith, pero gracias a una gran labor de los diseñadores podemos ver el cuerpo de Faith en muchas ocasiones. Al correr veremos los brazos entrando en el campo de visión, dándonos una idea de cómo esta posicionada. Además si bajamos la vista podremos ver prácticamente todo el cuerpo y así podremos ver la posición en la que se encuentra.

DICE no solo logró entregar una primera persona cómoda y satisfactoria, sino también unos controles simples, intuitivos y poderosos. Ya que con solo dos botones podremos lograr movimientos asombrosos. En vez de tener que hacer combinaciones extrañas, simplificaron todo asignándole un botón a todas las acciones que impliquen saltar, trepar o ir hacia arriba y luego otro botón para las acciones que hacen que vaya hacia abajo, como deslizarse y rodar al caer. Luego hay dos más para abrir puertas y hacer movimientos de combate.

El combate, aunque se ve gratificante, no lo es para nada.

El combate es otro apartado del que deberíamos hablar. En todo momento Mirror’s Edge alienta evitar el combate. Esta sería la excusa perfecta para omitir que el combate en general apesta, pero no se puede ignorar ya que es una de las peores partes del juego. Mientras que disparar las armas que le quitas a los enemigos es aburrido e incómodo (lo que es casi entendible), intentar desarmarlos también resulta muy incómodo. Esto se debe a que es todo cuestión de timing y pocas veces perdona un error. Además, en caso de que falles en arrebatarle el arma te dejará completamente indefenso y seguramente no tendrás ni tiempo para escapar. Afortunadamente Faith sabe artes marciales, pero la mayor parte del tiempo no funciona.

La inteligencia artificial es otro punto débil y muchas veces verás a los enemigos disparar sin moverse esperando que les des el tiro de gracia. Sí, Mirror’s Edge tiene muchas falencias, pero no podemos negar que disfrutamos cada momento de la corta campaña. Mirror’s Edge es un juego alimentado solo por su innovación, porque en muchos aspectos falla más de la cuenta.

El modo multijugador lamentablemente cae mucho más corto que nuestras fantasías. Mientras que podíamos imaginar perseguir a un amigo por los techos, haciendo piruetas imposibles, DICE no nos ha dado el gusto y solo contamos con poder correr contra tiempos de otros jugadores. No contra ellos, solo sus tiempos.

Actualmente Mirror’s Edge se encuentra disponible para Xbox 360 y PlayStation 3 por €64,95. Para aquellos que esperan la versión de ordenador tendrán que esperar hasta Enero de 2009. Si estás interesado en comprarlo te debemos advertir que no hay mucha rejugabilidad aquí. Una vez completada la campaña  principal, que puede durar entre seis y diez horas, se desbloqueará un modo para correr por tiempo en diferentes escenarios de la campaña. También puedes descargar tiempos de otras personas y correr contra esos tiempos, pero no mucho más que eso.

Más allá de sus fallas, Mirror's Edge ofrece una experiencia como ningún otro juego.

Mientras que Mirror’s Edge puede ser extremadamente frustrante, el valor de innovación presente es innegable. Y lo es aún más con una ejecución tan soberbia como la que presenta. Los controles son muy intuitivos y permiten lograr increíbles y remunerantes movimientos. Sin embargo, la historia cae tan corta como el combate y la inteligencia artificial y, al terminarlo no podíamos evitar imaginar lo que podría haber sido.

Conclusión: Mirror’s Edge es glorioso y odioso al mismo tiempo, queda en el jugador decidir con cuál de esos dos adjetivos se queda al terminar el juego.

Puntaje: 86%

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Escrito por Tomás Garcia

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