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Plaga Zombie: Revolución Tóxica

Los enigmáticos, estúpidos, metafóricos y malditos zombies han sido, son y serán la iniciación cinematográfica de cientos de cinéfilos de cámara en mano. La historia de Farsa Producciones tiene algo de eso, pues luego de hacer varias películas caseras, cuando estrenó Plaga Zombie en 1997, su camino a la gloria del bajomundo cinematográfico fue imparable. Desde ayer, la trilogía que nos cuenta la historia de Max, John, Bill y de todo un pueblo hecho zombie está completa con el estreno de Plaga Zombie: Revolución Tóxica, y desde aquí te invitamos a conocer esta gran saga del cine B argentino.

En días donde The Walking Dead recoge la estima de millones de expectantes espectadores experimentados en zombies hollywoodenses (los que corren, según Simon Pegg) y en la exponencial expansión de su éxito por la televisión mundial de este año con la tercera temporada del port audiovisual del comic de Kirckman, Moore y Adlard, los millones gastados en miel Karo, FX y horas de maquillaje tiene su dimensión paralela en los films clase B, que desde que el cine es cine, nos han agasajado con dosis de gore y mucho esfuerzo en partes iguales. En Argentina existe una productora independiente que lleva 20 años fabricando todo tipo de películas que se balancean entre lo casero y lo profesional, donde la sangre, el  humor  y el talento sin presupuesto enchastran por igual en su abundancia. Se trata de Farsa producciones, que acaba de estrenar la tercera y última parte (Revolución tóxica) de su histórica saga Plaga Zombie y nos da una excusa para contarte un poco sobre ellos.

La sinopsis de las primeras versiones de Plaga Zombie insistió en los asuntos que abordan estas tramas con villanos descerebrados, cuya aparición respondía a un supuesto experimento que el FBI malogró (Plaga Zombie), infectando a la mayoría de la población de un pueblo. Un virus extrarrestre que se esparció (Plaga Zombie: Zona Mutante) y algunos sobrevivientes que tuvieron que hacerle honor a su denominación utilizando todo tipo de armas mezclado con el ingenio espontáneo del que no quiere morir. En esta tercera presentación, Plaga Zombie: Revolución Tóxica, los protagonistas de siempre, Jonh West (Berta Muníz), Bill Johnson (Pablo Pares), Max Giggs (Hernán Saez), han conseguido escapar del pueblo infectado y, como El Eternauta, emprenden su viaje hacia el centro de la ciudad en busca de la nave extrarrestre que busca conquistar la tierra. En el camino, el luchador y el doctor se encontrarán con todo tipo de obstáculos zombificados.

Estrenada ayer en la tarde de forma simultánea en cine, DVD y en YouTube por 48hs, Plaga Zombie: Revolución Tóxica propone ser la culminación (y un homenaje del tiro en la frente al enemigo del que nunca tocó un arma), de la trilogía que (no) soñaron en 1997, cuando más caprichosos que seguros, empezaron a filmar una de las primeras películas de zombies “mirable” de la escena local sudamericana. Referentes insospechados del género luego de desenfundar sus Super Vhs y las cosas que habían aprendido “por ahí” (miren Daemonium también), la tercera entrega de Plaga Zombie se comenzó a filmar en 2008 y hoy nos muestra una producción más madura (la primera se editó en cámara) y que ha sabido explotar algunos ahorros sin irse de lo que les ha dado respeto y trascendencia: el humor, la cinefilia y el trabajo en equipo.

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Escrito por Nico Varonas

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