Lisandro Pardo
La aparición de cierto virus nos hizo pasar mucho más tiempo en casa… y eso significa que el consumo de contenido para adultos se disparó. Las principales plataformas reducen el proceso de búsqueda a un par de toques, y para algunas personas allá afuera, se está convirtiendo en un problema. Abandonar esos sitios por semanas puede parecer sencillo al principio, pero en la práctica, la mayoría no pasa de unos pocos días. ¿Por qué? Para conocer la respuesta, necesitas saber qué sucede con tu cerebro cuando dejas de ver porno…
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¿Cuánto porno consumimos?
Las últimas estadísticas compartidas por Pornhub confirman que 130 millones de usuarios visitan la plataforma diariamente. Su blog de Insights (SFW, pero ten cuidado) está repleto de información sobre búsquedas populares, tendencias, picos de actividad, y mucho más. Por ejemplo, el 84 por ciento de todo su tráfico llega a través de dispositivos móviles, y en algunas regiones ya supera el 90 por ciento.
En otras palabras… vemos mucho porno. Y algunas personas reconocen que ven mucho porno, pero también descubren que es muy complicado dejarlo. De hecho, más del 80 por ciento de quienes lo intentan fallan por completo, y regresan a sus plataformas preferidas en menos de una semana. La razón es sencilla: Nuestro cuerpo no renuncia con facilidad a las cosas que le dan placer. Entonces, ¿te gustaría saber qué sucede con tu cerebro cuando dejas de ver porno?
Qué sucede con nuestro cerebro cuando dejamos de ver porno
El vídeo de AsapSCIENCE explica que en las primeras 24 horas no se registran cambios negativos, sino todo lo contrario: La persona en cuestión suele estar de buen humor, y siente entusiasmo por este nuevo desafío. Sin embargo… todo queda de cabeza a partir del segundo día. Hagamos una pausa aquí.
Para obtener datos, los expertos en neurofisiología dependen de aquellas personas que se autodiagnostican con «Uso problemático de pornografía», y uno de los detalles más interesantes es que no posee una relación directa con la cantidad de porno consumido, sino con los efectos negativos que está teniendo en sus vidas.
Algunos estudios sugieren que el consumo diario de porno por parte de los hombres saltó de 13 a 39 por ciento en los últimos diez años, pero que el porcentaje de uso problemático se mantiene estático en el 6 por ciento. Eso limita la cantidad de información disponible, pero de todas maneras nos permite tener una idea más sólida sobre su impacto.
Día 2, y más allá
De regreso al segundo día, los principales síntomas son ansiedad, insomnio, problemas de concentración, y el deseo de ver porno al menos tres veces diarias. Aquí entra en juego la neuroplasticidad: El cerebro cambia físicamente y responde a nuestro comportamiento.
La alteración más importante asociada al consumo de porno está en el estriado ventral, que posee un rol fundamental en el sistema de recompensa. El sentido de novedad sumado a las escenas de sexo y la propia búsqueda en los sitios mantiene los niveles de dopamina muy altos, modificando al estriado ventral.
Entre los días 4 y 7 es cuando la mayoría de la gente regresa a ver porno, y cita a la ansiedad como razón central. Las personas con uso problemático del porno dicen que lo ven para aliviar su ansiedad… sin embargo, admiten que en la práctica eso no funciona tan bien.
Además, el hecho de desear porno no significa que lo disfruten más en comparación con otros grupos de control. Ese deseo termina transformando al porno en un «estímulo supernormal», amplificando ciertas cualidades que lo vuelven más llamativo que la versión real.
A partir del día 14 es cuando ver porno se siente otra vez como una experiencia nueva e intensa. El efecto del porno sobre los niveles de dopamina dificulta el proceso para aplazar la gratificación en todos los aspectos de nuestra vida, pero más allá de ese día 14, las personas pueden realizar tareas más complejas y diferir sus recompensas con mayor facilidad.
Al cruzar la marca del día 30 surgen mejoras en la concentración y el desarrollo de pensamientos más claros, y el regreso a un estado base o baseline se da a los 90 días de haber interrumpido el consumo de porno. Tres. Meses.
El sabio lo guarda y el necio lo tira.
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