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StratoBus: Drones dirigibles a 20 kilómetros de altura

Uno de los tantos objetivos que tienen las compañías aeroespaciales es obtener los beneficios de un satélite sin tener que asumir los costos de su lanzamiento, y los drones se están perfilando como un reemplazo ideal. En esta ocasión, nos encontramos con StratoBus, un dron dirigible de origen francés, que puede permanecer en el aire durante un año, a una altitud de 20 mil metros.

Los dirigibles han abandonado su rol en el transporte de pasajeros para convertirse en gigantescos carteles publicitarios, pero eso no cambia el hecho de que su potencial sigue siendo muy importante. Concedido, un dirigible es grande, y no puede pasar tan desapercibido como un dron convencional, pero si el dirigible fuera capaz de ubicarse a una gran altura y prescindir de una tripulación, la situación cambiaría mucho. Ese es el concepto que está explorando el StratoBus francés, con un largo similar al de un campo de fútbol americano (algo así como 109 metros), y un diámetro de 22 metros. La carcasa de este dron dirigible estará hecha de fibra de carbono, y será tan liviano en el aire, que solamente necesitará dos motores eléctricos para corregir su posición. Tal y como lo indica su nombre, StratoBus tiene la capacidad de estacionarse en la parte baja de la estratósfera, y permanecer a una altitud de 20 mil metros. Sus creadores anticipan que puede desarrollar misiones con una duración de un año, mientras que su período operativo es de cinco años.

Sus paneles solares cambian ligeramente de posición para optimizar la captura de luz, y los motores adaptan su marcha a la intensidad del viento. Por supuesto, la idea no está limitada a que el StratoBus se mantenga en el aire, sino que también puede cargar una importante cantidad de equipo, cerca de 205 kilogramos. Fotografía, desarrollo de mapas, monitoreo de fronteras, soporte secundario para sistemas de comunicación y asistencia GPS son algunos de los roles que se están barajando para el StratoBus. Sus ventajas a la hora de desplegarlo, y el requerimiento de una estación en tierra básica para su control, lo hacen muy atractivo en materia de costos a mediano y largo plazo. El primer prototipo debería salir al ruedo dentro de los próximos cinco años.

Escrito por Lisandro Pardo

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