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The Rhino: Todoterreno experimental del año 1954

La estabilidad de un tractor, y la velocidad de un coche

El ser humano ha construido toda clase de vehículos extraños, ya sea para explorar una hipótesis, o con la idea de revolucionar el transporte de carga y pasajeros. Algunos desarrollos tuvieron un uso bastante amplio, y otros terminaron abandonados a la intemperie, con un gran número de prototipos entre ambos extremos. Uno de esos prototipos fue The Rhino, un todoterreno diseñado por el inventor Elie Aghnides, y construido en 1954. Con dos ruedas gigantes al frente, The Rhino buscaba combinar la estabilidad de vehículos pesados con la velocidad de un coche tradicional.


En los años ’40, el inventor greco-estadounidense Elie Aghnides observó a un tractor trabajando en el famoso Central Park de la ciudad de New York, y fue en ese momento que tuvo la idea de fusionar la robustez y estabilidad de un buldócer con la velocidad de un coche normal, dando lugar a una nueva forma de vehículo todoterreno. Varios años después, esa idea original se transformó en el concepto «The Rhino».



Obviamente, lo primero para destacar de The Rhino es el gigantesco par de ruedas en la parte delantera. Su diámetro era de 1.8 metros, y pesaba 680 kilogramos cada una. El único punto de contacto para los caminos de asfalto era la delgada banda de caucho en zigzag, y sobre esa superficie, The Rhino podía circular a un máximo de 72 kilómetros por hora, con la ayuda de un motor de 110 caballos. Las ruedas también eran huecas, lo que le permitía flotar en el agua, y un sistema de hidrojet se hacía cargo de su propulsión, desarrollando una velocidad máxima de 5 kilómetros por hora.


Agua, barro, arena, asfalto, no eran problema para The Rhino
A pesar de su peso, se movía bastante rápido sobre el asfalto

En total, The Rhino pesaba cinco toneladas (el cuerpo completo estaba hecho en aluminio y acero), pero se movía con relativa facilidad en el barro, la arena, y diferentes cuerpos de agua. Además, su centro de gravedad era extremadamente bajo, por lo que podía inclinarse unos impresionantes 74 grados sin volcar. El proceso de construcción quedó en manos de Marmon-Harrington, entregando un solo prototipo en 1954.


Casi 700 kilogramos en cada rueda
74 grados… y no se volteaba

El objetivo final para The Rhino era convertirse en un vehículo militar, patrullando la región de Alaska y la frontera con Canadá, cubierta por terrenos extremadamente duros y complejos. Sin embargo, el ejército decidió no ordenar unidades porque creían que las ruedas traseras (que tenían un elemento inflable) estaban demasiado expuestas a las balas. Imagino que con una revisión adicional, ese detalle podría haber sido corregido…


No es tan difícil imaginar a The Rhino patrullando Alaska…
Parece un submarino desde ese ángulo

Fuente: Rare Historical Photos



Escrito por Lisandro Pardo

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