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Controlando sillas de ruedas con la lengua

Aquellas personas que por desgracia han sufrido serias lesiones en la médula espinal y que presentan un cuadro de tetraplejía necesitan de una silla de ruedas equipada diferentes métodos de asistencia tecnológica para desplazarse. Usualmente, los sistemas de control en una silla son instalados de forma externa, pero con el Tongue Drive System, el sistema se instala en el paladar del usuario, casi como si fuera una prótesis dental, y son los movimientos de la lengua los que dan las órdenes.

Lamentablemente, la medicina aún no posee la respuesta para enfrentar a muchas condiciones. En el caso de las lesiones en la médula espinal, se ha hablado mucho sobre las células madre, pero mientras se estudian los procedimientos, se evalúan los riesgos y se consideran las implicaciones éticas de su uso, para aquellos que son tetrapléjicos, la única opción es una silla de ruedas con un sistema de control especial. Este control es instalado de manera externa, lo que significa que puede estar expuesto a situaciones que afecten su funcionamiento, y que demanden una reparación o recalibración. Sin embargo, existe una alternativa desarrollada por el Instituto de Tecnología de Georgia, mejor conocido como Georgia Tech.

Se trata del Tongue Drive System, un dispositivo inalámbrico capaz de registrar varios movimientos de la lengua, y asociar esos movimientos a una acción determinada. Este registro toma forma a partir de un pequeño imán cerca de la punta de la lengua, ubicado allí como un “piercing”. El dispositivo tiene un tamaño de 25 por 35 milímetros, y está contenido al vacío dentro de un molde de acrílico dental convencional, el cual a su vez es protegido con una capa de material resistente al agua. El molde es adapatado a los dientes del usuario, por lo cual su instalación en el paladar es mucho más firme y segura. El Tonge Drive System trae incorporado una batería de ión de litiio recargable a través de un inductor. Las señales del dispositivo son enviadas a un receptor externo, que puede ser un iPhone o un iPod, y además de controlar la silla, otra aplicación para el usuario es la de controlar el cursor en una pantalla de ordenador.

El dispositivo puede ser “entrenado” con nuevos movimientos, siempre y cuando el usuario pueda recordarlos a todos y se sienta cómodo con ellos. En una prueba que contó con la participación de once personas con lesiones en la parte superior de la médula espinal, se registraron buenos resultados en una frecuencia de dos pruebas por semana, durante un total de seis semanas, y se esperan resultados aún más sólidos con un aumento del uso a frecuencias diarias. El Tongue Drive System fue presentado en la International Solid-State Circuits Conference, y entre aquellos que brindaron su apoyo al proyecto encontramos a la Fundación Christopher y Dana Reeve.

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Escrito por Lisandro Pardo

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