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Tres minutos para la medianoche

El Reloj del Juicio Final nos ha acompañado durante casi setenta años. Es un recordatorio constante del potencial que tiene la raza humana para autodestruirse, y de los fracasos acumulados década tras década tratando de alejar dicha posibilidad. La Junta de Ciencia y Seguridad del Boletín de Científicos Atómicos actualizó la posición de la aguja, y colocó a la humanidad a tres minutos del apocalipsis, una posición que no se alcanzaba desde 1984.

Con el inicio de la Era Atómica se llegó al fin de la Segunda Guerra Mundial, y la humanidad conoció la capacidad destructiva de los dispositivos nucleares en un conflicto bélico. Las guerras dejaron de ser un choque de soldados y recursos sobre territorios específicos, y a partir de ese punto todas ellas cargan con la posibilidad de aniquilar para siempre al ser humano. En 1947, el Reloj del Juicio Final tuvo su primera publicación, y colocó la aguja a siete minutos de la medianoche. La situación se deterioró rápidamente en los siguientes seis años, y la actualización de 1953 ubicó la aguja a dos minutos, “cortesía” de las pruebas termonucleares realizadas por la Unión Soviética y los Estados Unidos. El Reloj nunca volvió a estar tan cerca del fin, pero los responsables del Boletín decidieron mover la aguja otra vez, adoptando una posición que no se había tocado desde el año 1984: Estamos a tres minutos del apocalipsis.

Petróleo
El cambio climático, uno de los principales responsables

Las razones para adelantar al reloj son relativamente similares a las que vimos en 2012, cuando la aguja quedó a cinco minutos. Una aceleración en la acumulación y el desarrollo de armas nucleares, sumada al renovado conflicto entre Estados Unidos y Rusia debido a la situación en Ucrania le dan cierto tinte “tradicional” a la actualización, sin embargo, la razón principal está en el cambio climático. De acuerdo a Kennette Benedict, directora ejecutiva del Boletín de Científicos Atómicos, esta combinación de factores representa una amenaza extraordinaria e innegable a la continuidad de la raza humana en el planeta. La crítica más profunda del Boletín fue dirigida a los líderes políticos mundiales, por su espectacular fracaso al no actuar con la velocidad y la determinación necesaria para combatir los efectos del calentamiento global.

Si se mantienen los parámetros actuales, la próxima actualización del Reloj debería llevarse a cabo en el año 2018, pero la próxima reunión de nuestros intrépidos líderes será en París antes de fin de año, para fijar nuevas metas que deberían entrar en efecto durante el año 2020. En la mente de varios, esto no es otra cosa más que patear el balón hacia delante. Sivan Kartha, miembro del Boletín y científico del Instituto Ambiental de Estocolmo fue contundente: Las emisiones actuales de gases que promueven el llamado efecto invernadero se han incrementado un 50 por ciento desde el año 1990. Con el precio del barril a 47 dólares, ya sabemos qué podemos esperar.

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Escrito por Lisandro Pardo

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