Lisandro Pardo
Inteligencia artificial, coches autónomos, servicios en la nube, dispositivos vestibles, nuevas generaciones de smartphones y tablets, ordenadores híbridos… ARM tiene las manos llenas, de eso no hay dudas. El titán de Cambridge calcula ventas por 100 mil millones de chips en los próximos cinco años, y eso significa enormes diferencias en cuanto a rendimiento y consumo de energía. ARM solucionó una buena parte de ellas con big.LITTLE, pero nuevas demandas requieren una nueva arquitectura, y de ese modo llegamos a DynamIQ.
La mayoría absoluta de smartphones y tablets cuenta con un chip ARM en su interior. Lo mismo se extiende a un número cada vez más grande de routers. El propio Raspberry Pi con 12.5 millones de unidades vendidas basó a todos sus modelos en la tecnología ARM. Y honestamente, no es difícil entender por qué. El hardware posee una relación entre rendimiento y eficiencia energética cada vez más avanzada, sus licencias son flexibles, y el costo general tiende a ser bajo. Al mismo tiempo, también debemos destacar que ARM virtualmente no tiene competencia en el espacio móvil, pero en vez de estancarse, la compañía ya piensa en expandirse. ¿Qué tiene bajo la manga? Nada menos que una nueva arquitectura: DynamIQ.
Desde cierto punto de vista, DynamIQ es el siguiente salto evolutivo para big.LITTLE, una gran apuesta sobre configuraciones heterogéneas y mayor flexibilidad. Dependiendo de las necesidades de los clientes, DynamIQ podrá entregar hasta ocho núcleos por nodo, con múltiples variantes. Esto significa que bajo un mismo nodo, ARM ha logrado combinar núcleos asociados a diferentes familias, lo que a su vez quiebra los límites originales de big.LITTLE. Lamentablemente, ARM no dio demasiados detalles técnicos sobre esas teóricas variantes, pero sí confirmó que la inteligencia artificial será una prioridad en DynamIQ (anticipa hasta 50 veces el rendimiento en dichas aplicaciones), y que sus núcleos serán controlados de forma independiente en voltaje, frecuencia, y estado de suspensión.
De más está decirlo, el potencial de DynamIQ es gigantesco. ARM espera ver a la nueva arquitectura en coches y hogares autónomos, plataformas de aprendizaje profundo, y obviamente, dispositivos móviles. Será muy interesante estudiar a la próxima generación de smartphones y tablets con configuraciones mucho más exóticas de núcleos.
