Lisandro Pardo
La búsqueda de los mejores programadores es más compleja de lo que imaginamos. En el pasado hemos visto clasificaciones por país que no terminaron de convencer a todos, y algunos factores como la automatización y la constante evolución de las herramientas disponibles arrojan un manto de duda sobre todo el proceso. Sin embargo, un nuevo estudio preparado por investigadores en las universidades de Texas A&M y Oklahoma sugiere que el camino ideal es quebrar ciertas tendencias y buscar programadores a los que el mercado injustamente llama «viejos», por el simple hecho de que poseen una enorme experiencia, y trabajan más rápido.
¿Quieres aprender a programar? No hay problema, sólo recuerda que tenemos algunos consejos para ti, y que hay herramientas muy interesantes a tu disposición, incluyendo cosas tan simples como una tipografía pensada para aquellos que pasan horas enteras viendo código. Pero una vez que te sientas cómodo con tus habilidades y decidas buscar nuevos desafíos, lo más probable es que encuentres ofertas laborales con parámetros ridículos como «18 a 24 años con once años de experiencia». Ese es un problema que el mercado reconoce… y que se niega a corregir. Las compañías quieren «empleados prêt-à-porter» que no necesiten entrenamiento o capacitación, y que al mismo tiempo presenten un «perfil joven» más compatible con las exigencias modernas. Bueno… ¿adivinen qué? Los mejores programadores, no son ellos.
¿Programadores «viejos»? Viejos son los trapos
Ned Kock, Murad Moqbel, Yusun Jung y Thant Syn, cuatro investigadores de las universidades de Texas (A&M) y Oklahoma, decidieron explorar el rendimiento de programadores «mayores» con un experimento en el que participaron 140 estudiantes de 19 a 54 años (mediana de 23 años). Antes de iniciar el proceso, todos los involucrados recibieron información sobre cómo crear una pequeña aplicación dentro de Microsoft Visual Basic. Cada uno recibió una hora para dar forma a un programa básico que ayude a los directores de un programa de PhD a tomar decisiones en relación a las admisiones de ciertos estudiantes. El resultado final revela que la edad es un factor positivamente asociado con la experiencia y el estrés, mientras que la experiencia está positivamente asociada al rendimiento. En otras palabras, el trabajo de los «viejos» es de mayor calidad, y se mueven mejor bajo presión. Un factor en común fue la dificultad ante la falta de conocimiento. Aquellos programadores sin la habilidad suficiente terminaron estresados por el experimento, independientemente de la edad.
Otros datos para tener en cuenta llegan a través del popular portal Stack Overflow. Gracias a un par de gráficos podemos determinar que la cantidad de preguntas respondidas por los miembros del sitio exhiben una tendencia ascendente con la edad, y el número de preguntas hechas tiende a ir en la dirección contraria. Por otro lado, la reputación percibida entre los programadores también crece con la edad, de modo tal que los veteranos son algo así como verdaderas eminencias del código. Esto nos traslada a los conceptos de inteligencia fluida y cristalizada. La inteligencia fluida es el punto más fuerte de los programadores jóvenes, su adaptabilidad y flexibilidad a la hora de resolver problemas más allá de los conocimientos adquiridos. La inteligencia fluida comienza a perder tracción a medida que nos hacemos más viejos, con las primeras señales de declive entre los 30 y los 40 años. En cambio, la inteligencia cristalizada (definida como la habilidad para combinar y aplicar destreza, conocimientos previos y experiencia de manera profunda y precisa) es una ventaja de los programadores expertos, que crece durante toda la adultez y sólo se deteriora al llegar a una edad muy avanzada.
Lamentablemente, va a pasar algún tiempo antes de que los principales jugadores del mercado entiendan a fondo esta situación, que dicho sea de paso, ya demuestra consecuencias negativas importantes. Uno de los indicadores principales es el salario: En todos los niveles educativos, la remuneración de un programador (que también podemos calcular gracias a Stack Overflow) comienza a experimentar una caída a partir de los 40 años sólo porque el trabajador en cuestión «es más viejo». Como si eso fuera poco, un sesgo por edad permanente atenta contra la creatividad, la innovación y la productividad, tres elementos críticos para cualquier equipo de software. ¿Has visto a este sesgo en acción? ¿Crees que en tu compañía cometen un error al no sumar gente más experimentada? Deja un comentario.
