Tiradero Visual de la Semana (N°269) (2/30)

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Una explicación para aquellos que siguieron mi estado de salud: Esa bola que descansa en la palma de mi mano, y que hasta hace poco estuvo alojada en mi vesícula biliar, es de lo que me estuve quejando durante las últimas semanas. Una perfecta esfera de bilirrubinato cálcico amorfo, sales cálcicas de ácidos grasos y puro colesterol. ¡Y de tamaño gigante! Pues resulta ser que uno no puede adelgazar 34 kilos en nueve meses sin control médico sin sufrir las consecuencias. 

Me explico: No adelgacé por tener problemas en la vesícula, sino más bien todo lo contrario. Por adelgazar como lo hice tuve problemas en la vesícula. Los largos ayunos, el desmedido ejercicio físico y las magras colaciones que ingería hicieron estragos en mi metabolismo. Ante la falta de nutrientes y calorías y ante la exigencia a la que sometía a mi ser, mi cuerpo -literalmente- se empezó a alimentar de mi mismo. De mi grasa, para ser exacto. 

¿Y qué pasa cuando uno come mucha grasa, incluso si fuera la suya propia? ¡Le sube el colesterol! Eso más el hecho de que al comer tan espaciadamente mi vesícula no descargaba su contenido tanto como debería, formaron esa asquerosa bola alienígena que ven ahí.

En resumen: me di colesterol a mi mismo al consumir casi en exclusiva mi propia grasa y mi vesícula casi revienta, literalmente. Estuvo a nada de rasgarse en más de una ocasión. ¡Plop y chau Maxi!

Tres meses de agonía y ahora apenas un souvenir.

23 Comments

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  1. Qué buena noticia Ferzzola! Semana memorable para el pueblo argentino, primero el mundial y ahora saber que lo tuyo quedó en anécdota y sabiduría. Qué alegría enorme! Abrazo!

  2. Wow boló, esa cosa es gigante! (that’s what she said)
    Nunca ví una tan grande! (that’s what…)

    Qué bueno que estés mejor.
    Una pregunta, ¿cómo hacías ayuno, o sea, cuántas horas, cuántas veces por semana?
    Ahora está medio de moda el ayuno intermitente, y solo escucho cosas buenas. Igual tu caso suena un poco más extremo.

    Un saludo.

    • Jajaja, sí, che. Estaba grande la cosa.

      Comí durante nueve meses un plato cada 36 horas. A veces si aguantaba lo llevaba a las 48 horas. El plato consistía en una porción de carne magra de vaca o pollo más verduras hervidas. El resto del tiempo: agua, pucho y café (toneladas de café, que quita el hambre y acelera el organismo). Lo cumplí a rajatabla, a lo sumo a veces cuando hacía mucho ejercicio y me sentía débil me comía una manzana en el medio, pero no era muy seguido.

      Sí, una locura pero había engordado mucho durante al aislamiento y me la jugué a todo o nada. Sinceramente no me costó tanto, menos cuando semana tras semana veía el progreso. Era MUY NOTORIO. Y como los primeros kilos fueron los más fáciles de perder, me cebé. De todas formas es algo que se puede hacer aunque siempre con control médico. Después me enteré que para este tipo de dietas extremas se receta ursodiol, justamente para evitar la formación de cálculos.

      Abrazote

    • Sí, hace dos meses que estoy con una dieta hepatoprotectora.

      Me lo sacaron, en realidad, por cirugía laparoscópica. Imposible expulsar eso solo, te desgarra todo.

  3. Hola Maxi, Que bueno que estes mejor. Hoy aprendí algo nuevo. Heyyy tenes twitter? Siempre que veo algo graciosos digo, raro o ocurrente digo, esto es material para ferzzola jaja

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