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Desarrollan una “biobatería” basada en azúcar

Aunque se pueden tomar muchos recaudos para optimizar la duración de la batería en nuestros dispositivos móviles, la química del litio tiene sus límites, y existen varios proyectos que buscan reemplazarla con otras tecnologías. Uno de estos proyectos proviene de Virginia Tech, y la clave está en una sustancia de la que se consumen millones de toneladas al año: Azúcar.

Smartphone, batería de emergencia y ordenador portátil. En este momento tengo a los tres dispositivos conectados con sus respectivos cargadores. La batería de emergencia siempre se ubica al pie del cañón cuando la situación es crítica, y el smartphone se defiende bastante bien gracias a su batería extendida, pero las horas de vuelo que acumula mi laptop se hacen sentir a través de la autonomía (cada vez más baja) que demuestra su batería. La tecnología basada en iones de litio logró instalarse como uno de los estándares por excelencia a la hora de almacenar energía, aunque está bastante lejos de ser perfecta. En su momento hemos explorado ciertas alternativas que buscan su reemplazo, como la aplicación de supercapacitores, pero un equipo de científicos estacionado en la universidad Virginia Tech cree que la respuesta ideal es dar un giro hacia la naturaleza, con el desarrollo de una nueva biobatería.

Biobatería de azúcar

¿En que está basada esta batería? Nada menos que azúcar. Y. H. Percival Zhang, profesor de ingeniería de sistemas biológicos en Virgina Tech, explica que el azúcar es “perfecto” para almacenar energía en la naturaleza, por lo tanto, es lógico que intenten reproducir su mecánica para desarrollar una nueva generación de baterías, que al mismo tiempo tendría un perfil mucho más amigable con el medio ambiente. En teoría, una biobatería de azúcar puede almacenar hasta diez veces más energía que una batería de litio. El proceso comienza con almidón parcialmente digerido, que atraviesa una fase de descomposición hasta convertirse en maltodextrina, un polisacárido típicamente utilizado como aditivo en comidas y bebidas. Aplicando una ruta catabólica sintética formada por trece enzimas, se inicia la producción de electrones, y el “desperdicio” no es otro más que agua.

El hecho de utilizar azúcar hace a esta biobatería extremadamente estable, y no tiene los riesgos de explosión del litio (especialmente cuando se perfora una batería) o de otras celdas de combustible. Al momento de recargarla, todo lo que el usuario debe hacer es llenarla de azúcar, una acción de mantenimiento mucho más conveniente en vez esperar varias horas a que nuestros gadgets se carguen. ¿Cuánto tiempo se necesitará para que algo así llegue al mercado? Los responsables de este proyecto son muy optimistas, al punto de indicar que sólo serían 36 meses.

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Escrito por Lisandro Pardo

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