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Fable III

La serie Fable siempre fue medida con una vara irregular. Por un lado, se consideraba  lo que Peter Molyneux prometía que iba a ser, por otro lado, estaba el producto final. Y aunque esas expectativas no se encontraban en ningún punto, el balance final siempre fue positivo. Ahora, con Fable III, Lionhead intenta algo un poco diferente. En primer lugar, le quita muchos elementos tradicionales de RPG, luego, te da la misión de ser rey de Albion. Pero llegar hasta allí no será fácil.

Antes que nada deberíamos aclarar, para quien no sepa, que Fable III no será el último juego de la serie. Más allá de lo bien que quedan las trilogías para las franquicias de cine o videojuegos, Peter Molyneux salió a desmentir los rumores y aclaró que “odia” la idea de una trilogía y limitarse de esa manera. Pues bien, entonces si no le gusta limitarse, esperemos que esta nueva entrega sea algo novedoso y no un poco más de lo mismo, como algunos catalogaron Fable II.

Una vez más, todo ocurre en Albion y medio siglo ha pasado desde los eventos del segundo juego. El mundo se encuentra en la era industrial y hay muchas personas sin trabajo, pidiendo en las calles. Esto también se debe al malvado rey que se encuentra en poder, hijo de tu héroe en Fable II. Las condiciones para vivir son lamentables y, una vez más, la tierra necesita de un héroe que escriba su propia historia y les devuelva la vida a sus ciudadanos. Aquí es donde entras tú, como el hermano o hermana del rey déspota, que debe organizar una revolución por el bien del pueblo o solo por venganza.

Probablemente notes que al comenzar a jugar, la estructura es muy similar a la de juegos anteriores. Irás recorriendo la tierra, completando quests y haciendo trabajos para tener más dinero. Pero a medida que te adentras más en la trama, notarás una nueva capa de políticas que antes no estaba y es probablemente la novedad más interesante de esta tercera parte. Como el objetivo es organizar una revolución, es muy importante ganar seguidores que te ayuden a tomar el poder. Y por supuesto, esto lo harás completando quests para tenerlos de tu lado, regalando dinero, saludando ciudadanos  y también con promesas a varios líderes que pueden reunir más personas.

Además, este proceso te permitirá mejorar tu personaje, preparándolo para el último acto, cuando seas rey de Albion y llegue el momento de tomar decisiones. Esta es sin lugar a dudas la parte más difícil de Fable III y la más impactante. Cuando te permite ver cómo has afectado a cada uno de los ciudadanos que vienen a pedirte cosas y cada una de las decisiones que tomes tendrá un efecto en el mundo. Sin dudas hace un mucho mejor trabajo que Fable II en mostrarte los efectos que puedes tener en Albion.

Otro de los cambios importantes, es la simplificación de los menús y gran parte de la interfaz. Aunque de vez en cuando te toparás con alguno, para mostrarte estadísticas, la mayor cantidad de tiempo estarás tratando con objetos 3D más que menús. Por ejemplo, si quieres comprar algo en una tienda, simplemente acércate al estante donde está apoyado y tómalo. Otro aspecto que recibió un rediseño fue el mapa, que en Fable II era casi inexistente, ya que no podías interactuar con él. Esto, hace viajar de un lado a otro mucho más simple y, para variar, ahora puedes saber dónde estás. Pero esto también quiere decir que no hay elementos tradicionales de un RPG, como barra de energía, árbol de habilidades o niveles por los que subir, algo que puede molestar a varios jugadores más tradicionales.

El combate en Fable III sigue la línea simplista que vimos en el título anterior: utilizas un botón para cada acción. Esto ayuda a mantener el combate simple y dinámico, ya que puedes cambiar de arma presionando un simple botón. A medida que elimines enemigos podrás recolectar puntos de un mismo color que luego puedes gastar como quieras. Pero una de las cosas que hacen adictivo al combate, son las animaciones para cada uno de los ataques, y sobre todo, los golpes de gracia.

Aunque los gráficos no han mejorado mucho desde Fable II, la atmósfera sigue siendo igual de poderosa, con un excelente diseño del mundo y los personajes. Los diálogos también hacen un gran trabajo, con un predominante humor negro. Y como suele ocurrir, gran parte del mérito de que los diálogos funcionen es gracias a los actores, que hacen un excelente trabajo. En este departamento, Fable III tiene varios actores de calibre, como Stephen Fry, John Cleese, Ben Kingsley y Simon Pegg, pero no solo ellos hacen un gran trabajo, sino todos.

Ahora bien, si te decepcionó el modo cooperativo del predecesor (como a todos), Fable III repara todos esos problemas. Ahora casi no tienes limitaciones y, si quieres, puedes hasta casarte con tu compañero. Mientras que antes un jugador solo podía integrarse a una partida ajena como un personaje predeterminado sin ganar experiencia, ahora es completamente lo contrario, puedes importa tu personaje, correr libremente por el mundo, ayudar a tus amigos en quests y juntar experiencia e ítems por cada cosa que hagas.

En definitiva, Fable III es un digno sucesor del juego anterior, pero lejos de ser perfecto. Han mejorado casi todos los aspectos, pero eso no quiere decir que no siga teniendo serios problemas. De todos modos, Albion sigue siendo un lugar con mucho estilo y personalidad, y los personajes que pueblan la tierra hacen que la experiencia valga la pena. Además, el último acto que te tiene como Rey, es muy diferente a cualquier otra cosa que hayamos visto en lo que va del año y se nota que han logrado algo muy especial. Actualmente puedes conseguirlo para Xbox 360 por €61,95 y en una fecha aún no anunciada para ordenador.

Puntaje: 84%

Conclusión: Más allá de los disfrutable que es la experiencia general, Fable III sigue teniendo muchos problemas que se mantienen desde su predecesor.

Escrito por Tomás Garcia

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