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La gasolinera más barata del mercado

Yo todavía estoy parpadeando ante la noticia. Al parecer, van a abrir una serie de gasolineras en Bélgica que dispondrá del combustible más barato posible y, de paso, repartir los beneficios obtenidos con los clientes que se asocien. Dicen que el truco está en copiar el modelo Google: sostenerse de la publicidad ¿Estaremos soñando? No puede ser tan sencillo. Aquí tiene que haber gato encerrado (marramiauuu).

Esto no puede ser verdad. Si este modelo se pone en marcha, no le queda otra salida que un éxito tremebundo. Más aún en tiempos de crisis donde la gente contempla con auténtica obsesión el precio de las cosas, que ya sabemos que el petróleo no cae del cielo. Pero vamos al grano, que de esta noticia es que me encanta hasta el nombre: El surtidor del pueblo. Así se llama la cadena de gasolineras belgas que prometen la revolución del suministro comercial de combustible. La cadena abrió su primera estación la semana pasada en Aalst (oeste de Bruselas) e incorporará este año otras diez gasolineras en la región flamenca. Además de ofrecer el carburante a 0,14 céntimos por debajo del precio máximo por litro, "El surtidor del pueblo" promete repartir a finales de año entre sus clientes más fieles los beneficios obtenidos por la venta de combustibles. Quien quiera participar en el reparto tendrá que registrarse en el sitio ‘web’ de la empresa y cada vez que se reposte y pague con la tarjeta bancaria la operación quedará registrada. Al final de cada ejercicio, los beneficios por la venta de carburantes se dividirán entre cada cliente registrado de forma proporcional a la cantidad de combustible que han repostado, según explicó Poissonier, el director de la cadena de gasolineras. Sería la primera vez que me cae bien el dueño de una estación de servicio.

Esto que suena a música celestial con ángeles trompeteros en las puertas del paraíso debe de tener truco. Seguro que la letra pequeña contiene el secreto de tanta bonanza, pero ha sido el director Poissonier el que ha explicado en que consiste el misterio. "Aplicamos el principio de Ryanair: la mayor parte de nuestros ingresos viene de publicidad en las gasolineras y de las máquinas distribuidoras de bebidas y dulces". Ah, amigo, que el dinerito sale de la publicidad, siguiendo la exitosa filosofía Google. Además, ninguna de las gasolineras cuenta con personal y son automáticas con lo que el ahorro se revierte en el mejor precio. Pues oye, no parece mala idea en absoluto. Si tenemos en cuenta que los surtidores con toda probabilidad estarán siempre llenos de clientes por el bajo precio del combustible, las ganancias por publicidad parecen aseguradas. Además, este nuevo modelo puede provocar un efecto “llamada” a poco que las gasolineras de la competencia comprueben la bajada de clientela. Por el lado negativo, este sistema contribuye a destruir puestos de trabajo al desaparecer la figura del gasolinero y a embrutecer la relación personal que se suele crear con los clientes, reduciéndolos al contacto con una máquina fría y aséptica. Lo barato tiene un precio. Pero a falta de pan, buenos son los surtidores del pueblo. No te digo.

Escrito por imported_Kir

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