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Reservoir Dogs

La adaptación de la película de Tarantino a nuestras pantallas deja en claro que, aún en un videojuego, el robo perfecto no existe.Luego de tantas idas y venidas, videos, imágenes e información por doquier, Reservoir Dogs hizo su aparición en el mundo de los videojuegos. Sinceramente, esperábamos mucho de este título, y más luego de lo que vimos en la última E3. Todo parecía indicar que estábamos ante la versión interactiva de la película, idea que de por sí resulta muy atractiva. Sin embargo, el resultado final no vino tan pulido como hubiéramos deseado. Ciertos detalles –que comentaremos más adelante– opacan lo que podría haber sido un gran juego.

Como bien dijimos, Reservoir Dogs está basado en el film que lleva el mismo nombre. Esta fue la obra que terminó por consagrar a Quentin Tarantino como uno de los más grandes directores de la industria cinematográfica, a pesar de su reciente aparición. La trama cuenta la historia de un grupo de criminales organizados para realizar un atraco en una tienda de diamantes. Cada uno de sus miembros se identifica con un seudónimo: Blanco, Azul, Rosa, Marrón, Rubio y Naranja. En la secuencia inicial descubriremos sus personalidades, secuencia que, por cierto, nos deja con una sonrisa en la boca: veremos que el señor Rosa no está muy de acuerdo con el apodo que le tocó.

Los miembros

Si tuvieron la oportunidad de ver la película, sabrán que el desenlace es dramático. En caso que no lo hayan hecho, es recomendable que le peguen un vistazo antes de meterse con el juego, de modo que se puedan identificar más con cada uno de los personajes .Además, teniendo en cuenta que el videojuego contiene varias escenas nunca vistas en la versión cinematográfica, podrán disfrutarlo luego sin importar si saben o no la conclusión de los hechos.

El juego se divide en quince capítulos. Iremos alternando los personajes entre misión y misión, así como la modalidad que se plantean en éstas. Empezamos en el medio del robo controlando al Sr. Azul, en su intento por escapar en una pieza del lugar y no caer en las manos de la ley. La siguiente ya nos pone al mando de un volante, para correr una carrera de práctica contra un colega, con el objeto de conocer el esquema de control para el manejo de los vehículos.

El atraco

Escrito por editorwp_6720

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