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Sony lanza el servicio de Internet hogareño más veloz del mundo

Siempre queremos más velocidad en nuestra conexión… siempre. Uno de los intercambios de información más interesantes que he visto en línea sucede cuando los usuarios de diferentes regiones comparan velocidades y precios de sus servicios de acceso a Internet. Sin embargo, Sony acaba de pulverizar algunos límites en territorio japonés a través de su proveedor So-net. Con su nuevo servicio “Nuro”, los usuarios tendrán acceso a una velocidad de descarga que alcanza un máximo de dos gigabits por segundo, a un precio por mes mucho más accesible de lo que cualquiera puede imaginar.

Sólo basta con visitar el portal de SpeedTest y realizar una prueba allí en caso de que sea necesario estudiar más de cerca la velocidad que nos está brindando la empresa de turno. Obviamente, toda clase de medición de este tipo no termina siendo más que una referencia, pero las peleas entre los usuarios y los proveedores trascienden fronteras y lenguajes. A pesar del sufrimiento, la carrera ciertamente beneficia al usuario en el largo plazo. El promedio de velocidad de conexión sigue elevándose alrededor del mundo, y a las empresas no les queda otra opción más que ofrecer “más por menos” para mantenerse competitivos. En este punto, el este de Asia nos genera un poco de envidia. Corea del Sur ha sido reportado en varias ocasiones como el país con mayor conectividad del mundo, mientras que en lo referente a velocidad, Japón no parece estar perdiendo tiempo.

Las novedades llegan a través de Sony, o mejor dicho, su proveedor local de comunicaciones So-net. El nuevo servicio ha sido bautizado como “Nuro”, y está basado en la arquitectura GPON de fibra óptica. Con una velocidad de descarga máxima (downstream) de dos gigabits por segundo, Nuro se presenta como el servicio de Internet para hogares más rápido del planeta. Aquellos interesados en la velocidad de carga (upstream) deben saber que llega al gigabit por segundo. Otro punto muy interesante es el abono mensual, calculado en apenas 51 dólares, bajo un contrato de dos años. Claro que, el costo de instalación es mucho más alto: 540 dólares, e incluye la unidad de red óptica.

Lo más probable es que un usuario único no pueda alcanzar los dos gigabits debido a las limitaciones en la mayoría de los adaptadores de red y en la propia unidad de red óptica, mientras que los precios de las tarjetas con soporte para 10 Gbps sigue siendo demasiado alto como para usar sólo una fracción de sus capacidades. Por otro lado, los servicios de un gigabit de downstream son relativamente comunes en Japón. A modo de comparación, el servicio de fibra de Google tiene un precio de 70 dólares por mes, y también alcanza al gigabit de downstream, pero su disponibilidad es mucho más limitada. Ahora, la pregunta de los dos mil millones de bits: ¿Qué harías con semejante conexión?

Escrito por Lisandro Pardo

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