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To bit or not to bit: Cómo sortear las trampas del cerebro (II)

¿Estamos seguros de que pensamos lo que queremos pensar? Nuestro cerebro puede tomar como válida cualquier afirmación, sea esta real o no. Estamos a merced de la manipulación, y las falacias son las herramientas preferidas para hacernos caer en la trampa. En esta segunda entrega de la serie, seguimos recorriendo los mecanismos por los cuales nuestra mente puede estar desprotegida ante los embates mediáticos.

Hoy: la vivencia falsa y desconcertante, o el truco del miedo, incertidumbre y duda.

Antes que nada, una novedad para los seguidores de To bit: ¡al fin nos mudamos a un día de la semana! A partir de la próxima semana, To bit, todos los jueves al alcance de un click!

Ahora sí, al tema que nos ocupa: una falacia lógica es un principio que puede parecer válido a primera vista pero no lo es. Cualquier argumento que se base en este tipo de afirmaciones termina siendo falso. Existen muchas variantes de falacias lógicas, y una de las grandes categorías es la de la generalización o inducción errónea. Esto es, solemos sacar conclusiones generales a partir de uno o unos pocos ejemplos. Por otra parte la sinapsis, la interacción electroquímica de impulsos nerviosos entre neuronas, es un proceso fisiológico que nada sabe de lógicas falaces, y por eso corremos el riesgo de ser fácilmente engañados.

Uno de los casos paradigmáticos de la generalización es el de la vivencia desconcertante. Un buen ejemplo que puede encontrarse en la web es el siguiente:

Pedro dice «Creo que dejaré los deportes de riesgo ahora que tengo niños. Creo que me pasaré al golf». Juan responde: «Yo no haría eso. ¿Recuerdas a Javi? Él estaba jugando al golf cuando le atropellaron con el coche que transporta los palos. Se rompió una pierna y rodó hasta golpearse la cabeza. Estuvo en el hospital durante una semana y todavía cojea. Yo seguiría haciendo parapente».”

Como podemos ver, a partir de un solo ejemplo (“una persona se accidentó jugando al golf”), se produce la generalización (“el golf es un deporte peligroso”). Si bien la afirmación no tiene validez lógica, el interlocutor se ve inevitablemente influenciado por la afirmación.

Como se imaginarán, esta es una herramienta muy querida por la gente de mercadeo, gran parte de la prensa y muchos políticos, ya que es ideal para sesgar la opinión del público.

El uso conciente de la vivencia desconcertante para manipular a la gente está tan extendido que tiene su denominación formal como FUD (Fear, Uncertainty and Doubt – Miedo, Incertidumbre y Duda). Se trata de una estrategia de desinformación, de una flagrante falta de ética, para implantarnos la falsa creencia de que, si llevamos adelante determinada decisión, terribles catástrofes se cernirán sobre nosotros.

La metodología de la falsa vivencia se aprovecha de que el cerebro, a priori, no diferencia el relato de un hecho real de un hecho potencial, por lo que es sencillo inducir a confusión al interlocutor y, como fin último, modificar su estructura de pensamiento. Sin ir más lejos, este es uno de los métodos que siempre prefirieron las corporaciones para actuar contra el software libre. Y, por supuesto, el ejemplo más flagrante es el el márketing de la guerra, del cual los EE.UU. son especialistas: ¿cómo conseguir aprobación para seguir fabricando armas? Pues, manteniendo a la población bajo la falsa vivencia de que cosas terribles están a la vuelta de la esquina.

“Por suerte, la opinión pública todavía no se ha dado cuenta de que opina lo que quiere la opinión privada” (Axioma de la manipulación mediática)

¿Qué hacer ante esto?

Tal vez una de las cuestiones ontológicas más difíciles es saber cuándo estamos actuando según nuestro deseo y cuándo según el deseo de los demás. Para cerrar esa brecha, puede ser de utilidad hacerse algunas preguntas sencillas: ¿En qué se fundamenta la afirmación desconcertante? ¿Cuál es la verdadera probabilidad de que suceda la catástrofe que nos quieren implantar? En última instancia, informarse acerca de parte de quién vienen dichas afirmaciones, para saber qué sesgo esperar.

Hasta aquí, el artículo de hoy. Esperamos sus comentarios aquí debajo. Mientras tanto, sigan leyendo Neoteo y eviten otros sitios de tecnología (tengan en cuenta que un amigo dejó de leer Neoteo y tuvo un grave accidente).

¡Hasta el próximo To bit!

Escrito por Gianni Sabbione

Gianni Sabbione es editor literario, científico y músico. Como editor trabajó y trabaja en editoriales y medios internacionales de EE.UU., España y Latinoamérica. Es asesor en reorganización y automatización de áreas de IT e investigó en IA y redes neuronales.
Es cantante de sus bandas de hard rock solista y de Color Púrpura, y aprovecha su perfil en Neoteo para promocionarlas. Al menos hasta que se de cuenta el Sr. Director del sitio.

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