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Yo, la app más descargada y estúpida

Así es la interfaz de YO
Así es la interfaz de YO

Muchas son las anécdotas detrás de las aplicaciones más populares, pero cuando nos encontramos con la del desarrollador O Arbel, nuestras mandíbulas barrieron el piso. La historia de la aplicación más estúpida y adictiva habla sobre cómo un jefe pesado le dio la oportunidad a un empleado de convertirse en millonario al pedirle un pequeño favor: crear una aplicación para mandar y recibir una sola palabra: YO.

Víctima o beneficiario -según cómo se lo mire- de un posmodernismo que todo lo achica y simplifica, el lenguaje recibe modificaciones que luego se perpetúan, reconvirtiéndose en formas de comunicación que son adoptadas por diferentes grupos de personas. YO es una herramienta que quiere intentar modificar la forma en la que realizamos micro interacciones al proponer un intercambio minimalista pero super eficiente, en el que con una palabra se pueda decir mucho. Con estas intenciones hoy se trata de hacer evolucionar a Yo, la aplicación más estúpida y adictiva, en la que, para lo que sea que la uses, sólo puedes enviar o recibir la palabra YO. 

YO: es así de simple
YO: es así de simple

Una idea estúpida…

Moshe Hogeg es el dueño de una conocida red social para fotografía con fuerte arraigo en los smartphones, Mobil. Desde ahí se pueden compartir fotografías y agregarle algunos filtros, convirtiéndose en un rival para Instagram y SocialCam. Un día, ajetreado por todo el trabajo que tenía y la cantidad de contactos que debía manejar, le dijo a uno de sus ingenieros más capaces que le diseñe una aplicación móvil con la cual poder estar en contacto con su familia y amigos enviando sólo una palabra. La idea del Hogeg era poder avisarle a los suyos que estaba pensando en ellos, que estaba bien, que recibió una información o que simplemente estaba ahí, detrás del móvil, sin tener que involucrarse en una charla. Está claro que las aplicaciones de mensajería generalmente tienen formas de dar un aviso rápido o realizar un llamado de atención al otro con un “poke” o con un emoticón, si es que escribir dos letras con el teclado nos demanda demasiado tiempo. Pero lo que quería Hogeg era no tener que charlar con su interlocutor si este hacía una pregunta o un comentario que desencadenara una conversación, pues éstas le podían quitar tiempo, sacar de su estado de concentración o generarle stress al retrasar la lectura y respuesta de los mensajes.

O Arbel, ingeniero de Mobil, no cumplía con el pedido de su jefe porque honestamente le parecía una estupidez gastar tiempo en desarrollar una aplicación tan inútil y que nadie usaría. Sin embargo, un día Hogeg presionó tanto a O Arbel, que el ingeniero se tomó 8 horas y desarrolló la aplicación “YO”. Con una interfaz hiper simple, sin requerir registros ni nombres de usuario, la aplicación podía ser usada para enviarle un Yo a otro usuario y recibir uno del otro lado. Hogeg estaba feliz con su aplicación luego de compartirla con su grupo cercano y decidió que podía intentar publicarla en la Apple Store. Pero había un problema, y es que Mobil era una compañía bastante seria y no querían perder reputación publicando una aplicación tan… estúpida. Con un pseudónimo por delante y con O Arbel llevándose todo el crédito, “Yo” llegó a la iTunes Store pero Apple la rechazó por no comprender la utilidad y posibilidad de éxito del software. Luego de un par de emails tratando de convencer a Apple, Hogel logra publicar la aplicación en el iTunes Store: Un mes después la aplicación acumulaba 20 mil descargas y crecía.

¿Cómo funciona?

Tienes una lista de amigos que está basada en tus contactos del teléfono y la aplicación YO los incorpora rápidamente a su interfaz siempre y cuando esos usuarios también tengan Yo instalado en sus smartphones. Con whatsapp o una aplicación de mensajería convencional, tienes que dar casi 11 taps o toques de la pantalla para decirle “YO” u “OK” a un amigo. En YO, con un tap seleccionas a tus amigos y con otro tap les envías la palabra mágica. 2 taps, 2 toques en la pantalla de tu teléfono para avisarle a alguien que estás bien, que estás presente, que recibiste lo que te envió, para avisarle que estás en la puerta de su casa y no quieres tocar el timbre para que te baje a abrir para no despertar a alguien o lo que sea que puedas necesitar. La simpleza del mensaje logra que se le puedan dar miles de significaciones, y ahí es donde la aplicación no parece tan estúpida como uno cree.

Así es la interfaz de YO
Así es la interfaz de YO

¿Qué significa YO?

Hay que recordar que la aplicación está desarrollada en Israel, así que nos fuimos hasta el diccionario y nos pusimos a investigar por qué es que una aplicación de mensajería puede cumplir la función que cumple con tan sólo un vocablo de dos letras. Lo interesante que encontramos fue que no hay mucho acuerdo acerca del significado final de la palabra, pues ésta se remonta al siglo 14. Otros dicen que la palabra podría ser más antigua y lejana, pero acuerdan levemente en que podría significar “presente”, “aquí” o algo similar y que su uso estaría asociado a los marineros de alta mar respondiendo al pasado de lista de sus capitanes. Por otra parte, el término más moderno se encuentra en el lunfardo que utiliza la comunidad italoamericana y afroamericana desde los 40, donde YO! significa “hey, tu”. Las diferencias entre los idiomas hacen que YO pueda significar un saludo, un llamado o una referencia a la primera o segunda persona del singular, sin embargo queda en claro que siempre implica una forma de dirigirse la atención entre dos o más personas. Conexión humana, básicamente. De ahí que Yo haya sido la palabra  escogida por quien mandó a realizar la app: lo que él quería era hacerle saber a otro/a que estaba vivo, que estaba esperando su respuesta o que simplemente estaba pensando en el/ella.

Capturas de Yo en el smartphone
Capturas de Yo en el smartphone

YO se viraliza

Pero no terminó ahí la aventura, ya que un reconocido blogger de tecnología llamado Robert Scoble visitó a los dos ingenieros de Mobil y ante la consulta de este sobre qué le pareció la app, el periodista respondió que era tan estúpida como adictiva. Al llegar a su casa compartió la app con sus seguidores, y desde ahí en adelante la aplicación llegó a las 100.000 descargas y hasta los oídos de los inversores de riesgo, que desbordaron la casilla de correo de O Arbel. Éste les explicó que no tenían muchas intenciones ocultas detrás de la aplicación, pero a los inversores se les caía la baba al ver esas métricas de uso y descarga. Así fue que le ofrecieron financiar el desarrollo de YO con 1.2 millones de dólares (en realidad más, pero lo rechazaron por ser demasiado dinero para financiar una app tan simple) y hoy día ya hay más de 500 mil descargas.

Con esas noticias y esa cantidad de dinero en el bolsillo, O Arbel renunció a Mobil y se mudó a Tel Aviv para trabajar tiempo completo en el futuro de la aplicación, que sigue siendo incierto y depende de qué tanto puedan hacerla circular, siempre manteniendo la simpleza que le da su personalidad y cualidad única. O Arbel quiere explorar cuánto puede expandirse el uso de su aplicación, por ejemplo en el ámbito de los pedidos a domicilio, pudiendo ser el YO una señal de recepción y confirmación ante un pedido nuestro o en los aeropuertos, como un aviso a los pasajeros de que su avión está por comenzar a abordarse.

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Escrito por Nico Varonas

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