Si quieres sentirte como el capitán Nemo, puedes intentar construir tu propio submarino. No parece una empresa demasiado difícil. Al fin y al cabo, solo se trata de construir un casco cerrado y meter dentro una buena reserva de oxigeno.
Pero no te engañes: la presión que debe soportar tu casco crece a medida que desciendes rumbo a las profundidades. Cada diez metros que avances, cada uno de los centímetros cuadrados de la superficie de tu estructura deberá soportar un kilogramo mas de presión, ejercida por el agua.
Sin embargo, algunos entusiastas lo logran. Michael Henrik Schmelter ha construido un minusubmarino con capacidad para dos personas a bordo, con el que puede alcanzar profundidades de hasta 100 metros. No es poca cosa, en absoluto.
Tiene el aspecto de un gran tanque color amarillo, con los extremos redondeados. Esta es una forma típica en este tipo de vehículos, ya que ofrece poca resistencia al avance. Un motor impulsa la única turbina. Situada en la parte trasera, es la que proporciona el impulso necesario para que el minisubmarino pueda recorrer las profundidades del mar.
Las cabezas de los tripulantes asoman del cilindro que hace las veces de casco, y quedan dentro de cabinas individuales, de material transparente, permitiéndoles una vista de 360 grados. No parece ser un vehículo apto para claustrofóbicos.
Está bien: no es el Nautilus. Pero son pocos los que pueden decir “he construido mi propio submarino”. El alemán Schmelter disfruta de los paseos a bordo de su “yellow submarine” en la bahía de Kiel, al norte de su país.
Si al leer este articulo, y ver las fotos que acompañan al texto, te entusiasmas y decides construir uno, no dejes de avisarnos: queremos hacerte una entrevista.
- Son pocos los que pueden decir “he construido mi propio submarino”.
- Posee dos cabinas individuales, de material transparente.
