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Crean hologramas plasmónicos que no cambian de color

La creación de hologramas es una actividad que ha traspasado los laboratorios de investigación sobre las propiedades de la materia y el impacto de la luz, y se ha volcado al saber popular en cuanto a entretenimiento y como potencial protagonista de los medios de reproducción de contenido audiovisual en el futuro. En un ensayo llevado a cabo por científicos japoneses basándose en el uso de plasmones de superficie, se ha creado un proyector de hologramas 3D que no cambia de color según el ángulo desde el que se lo mire.

Los físicos ópticos de la Universidad de Osaka en Japón anunciaron que este tipo de holograma no guarda correlación con los convencionales, cuya naturaleza hace que al cambiarse de ángulo de visión estos cambien de color por el tipo de superficie en el que se los contiene. En este nuevo experimento, el holograma proyectado muestra un color natural desde cualquier ángulo desde donde se lo observe. Esto se da así ya que se aprovecha de una forma más eficiente el impacto de los rayos de luz sobre la actividad de los electrones libres ordenados sobre una superficie de metal. El paso siguiente son las ondas que se generan sobre ella utilizando plasmones de superficie, cuya luz emitida se utiliza para reconstruir el holograma como una imagen virtual flotando encima de la superficie metálica.

Por definición Wikipediana, “Los plasmones de superficie son aquellos plasmones que están confinados a las superficies y que forman un polaritón cuando interactúan con la luz.”  Es decir que la refracción de la luz toma otras propiedades, y con ello se puede controlar el color de algunos materiales y permite una interacción diferente de la luz con la superficie, lo que logra el efecto estático en el holograma. El plasmón en sí mismo también tiene otras cualidades, como servir de medio de transmisión en microprocesadores, con un alto nivel de frecuencias. Por lo que sus propiedades aplicadas pueden significar en la construcción de modelos que aprovechen las ondas generadas para eliminar células de cáncer o fabricar super ordenadores.

Para crear el efecto, primero se utilizó luces con los colores primarios para registrar la dispersión de luz que generaba un objeto sobre un material fotosensible y pegado a una bandeja de vidrio. La holografía se completó cuando se le agregó una dosis de dióxido de silicio que ayuda a controlar las ondas de los haces de luz, y esto logra que el holograma y sus colores se estabilicen, mostrándose en posiciones fijas. Al tener esto realizado y situar una fuente de luz (lámpara halógena) detrás de la placa de vidrio completa el circuito y los aun con una fuente de luz blanca, los plasmones “escogen” un color y lo muestran según sus propias cualidades, como color, amplitud de onda, etc.

Por ahora las aplicaciones de este tipo de hologramas no son lo que más importa a los ingenieros, pues están lejos de ser viables para una uso masivo en el mundo cotidiano, pero la física del descubrimiento dota de nuevos interrogantes a este tipo de utilización de los cuantos. Quedará por saber más acerca de este tipo de hologramas que no cambian de color a medida que los avances se vuelvan más específicos, y por ahora sólo resta imaginar diferentes aplicaciones de esta tecnología.

Escrito por Nico Varonas

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