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Los archivos Creepypasta de la SCP: SCP-015

«Tuberías de Pesadilla»

Algo me dice que ya sabes de lo que voy a hablarte. A pesar de los horrores que he compartido contigo, regresas una y otra vez. Cruzas las mismas puertas, recorres los mismos pasillos… y escuchas. Extraños ruidos metálicos. Golpes amortiguados. Gemidos que parecen viajar por las tuberías. Muchos aquí creen que las instalaciones de la Fundación existen para contener monstruos. Una verdad a medias, como tantas que hacen circular. Supongo que quieres la otra mitad, ¿no? Muy bien… a veces, las instalaciones son los monstruos. Ven conmigo.

Antes de continuar, debes entender: Si llegas a decir a alguien exactamente en dónde estamos, te arrojarán ahí dentro y sellarán la entrada sin pensarlo dos veces. Es «un viejo depósito» y nada más. Si terminas en problemas no podré ayudarte, y si conozco bien a esta gente, me procesarán a mi también. Al menos tendrás compañía…

015, uno de los más antiguos, o al menos eso creen. Nadie sabe con exactitud su extensión, pero los mejores cálculos sugieren más de 190 kilómetros de tuberías dobladas y retorcidas entre calderas, válvulas, y básicamente cada aparato de plomería concebible. Los tubos más pequeños tienen apenas 2.5 centímetros de diámetro, y los más grandes superan el metro. Una persona podría terminar atrapada en ellos… si 015 así lo quiere.


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Tratar de entender su configuración es una pérdida de tiempo. A simple vista, SCP-015 parece estar quieto, pero imagino que ya has notado algunas diferencias. Varias tuberías están oxidadas y con fugas, mientras que otras transmiten la sensación de haber sido instaladas ayer. Nadie en la Fundación es responsable, y nadie fue asignado a su mantenimiento. Para ser sinceros… nadie se atreve.

¿Por qué? Observa más de cerca. Hay algo en verdad raro con esas tuberías, ¿no crees? Eso es porque no están hechas de materiales tradicionales. No encontrarás PVC, ni plomo, ni cobre. SCP-015 fabrica sus tuberías con metal, madera, vidrio, granito, huesos, carne humana, y más. Como si eso fuera poco, se acoplan y fusionan con cualquier cosa que encuentre. La Fundación descubrió que había alcanzado a otras once estructuras en la zona. ¿Cómo lograron reducirlo a este tamaño? Con sangre, por supuesto.

Verás, SCP-015 reacciona ante cualquier movimiento que considere agresivo, y ve a todas las herramientas como una amenaza, sin excepciones. No importa si son eléctricas o manuales. Aún si tus intenciones son buenas o si deseas hacer una reparación, la respuesta de SCP-015 es siempre no… y te lo hará saber. Su forma preferida de ataque es que las tuberías exploten, bañando a su víctima con el contenido a alta presión.



Aceite hirviendo. Mercurio. Ratas. Insectos imposibles de identificar. Vidrio molido. Agua de mar. Entrañas y tripas. Hierro fundido. Los fluidos que transporta SCP-015 pueden comerte vivo, derretir tu carne como si fuera grasa, hacer miles de cortes en tu piel, o ahogarte. No, las explosiones de tuberías a alta presión no son suficientes. A veces, SCP-015 te atrapa en sus espacios, y deja entrar sus líquidos en ellos. Lentamente.

Todas las exploraciones autorizadas requieren equipos de tres elementos, rastreo vía GPS y líneas físicas de seguridad. Algunos lograron escapar a su furia… pero la Fundación perdió a once agentes, y otros veinte fueron declarados «desaparecidos». Y está creciendo. SCP-015 aumenta de tamaño cuando no lo vemos. La Fundación se verá obligada a intervenir tarde o temprano, y los que tengan más suerte morirán rápido. ¿Acaso crees que esos golpes… son las tuberías?


CLASIFICACIÓN: EUCLID


Escrito por Lisandro Pardo

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