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ECCEROBOT: El robot antropomimético

Cuando hablamos de brazos, manos o elementos robóticos, asociamos la imaginación a sofisticados servomecanismos, rodeados de sensores de posición, presión, movimiento y siempre soportados bajos brillantes esqueletos metálicos con movimientos limitados. Ejemplos como El Hombre Bicentenario, Yo Robot, Inteligencia Artificial y Cherry 2000 nos hicieron sentir que C3PO fue solo un gran comienzo y que todo lo que vendría después sería mucho mejor. Un consorcio de laboratorios de robótica en Europa está desarrollando un robot humanoide copiando no sólo la forma general del cuerpo humano, sino también sus estructuras internas: huesos, articulaciones, músculos y tendones. El objetivo del proyecto es crear ECCEROBOT un robot “Antropomimético”. ¿De qué se trata? Sorpréndete leyendo este artículo.

Por más que un robot intente parecerse a un ser humano, basta con acercarse a él para notar las enormes diferencias que son imposibles de disimular. Los robots están construidos a base de motores, actuadores, engranajes, poleas, servosistemas y muchas articulaciones mecánicas que hacen un ruido muy difícil de ocultar o silenciar. Máxime aún cuando muchos de estos movimientos se realizan al unísono. Es sobre esta faceta constructiva que los ingenieros están volcando todo su talento e ingenio: tratar de lograr mecanismos silenciosos aunque las tecnologías no estén aún disponibles.

Previendo la necesidad de una interacción más agradable entre los humanos y los androides en el futuro, un grupo de universidades de varios países europeos se reunieron para intentar encontrar una solución definitiva a este problema. Es decir, sustituir los motores, engranajes, poleas y cables de los robots actuales por algo más flexible, con mayor plasticidad, elasticidad y gracia tal como la que posee un esqueleto humano.

El objetivo del proyecto EcceRobot (basado en el nombre del famoso libro Ecce Homo del filósofo Nietzsche) es crear un Robot Antropomimético. Antropo: Hombre, Mimético: Propiedad que poseen algunos animales y plantas de asemejarse a otros seres de su entorno. Es decir que estamos hablando de un robot  cuyo cuerpo se mueve e interactúa con el mundo físico de la misma forma que lo harían nuestros órganos, nuestra carne y nuestros huesos. Los investigadores utilizaron para esta particular construcción polímero termoplástico, cordones elásticos, y otros materiales suaves y flexibles que permitan crear el torso, los brazos y las manos. Observa el siguiente video y descubre como está construido EcceRobot.

El resultado es fascinante, aunque un poco espeluznante. El robot se ve extrañamente orgánico, con piezas que parecen huesos verdaderos y músculos reales. Los investigadores dicen que los humanoides construidos con piezas de metal, motores eléctricos y actuadores mecánicos tienen limitaciones en el tipo de interacciones que pueden tener con los seres humanos y el medio ambiente. De hecho, estas limitaciones pueden afectar a su capacidad para percibir y procesar de manera acertada el mundo que les rodea.

El gran reto ahora es la elaboración de métodos para el controlar la flexibilidad y confiabilidad de los materiales utilizados. Los investigadores dicen que hay mucho trabajo por hacer en términos de comprender los patrones de movimiento intrínsecos, además de ser capaces de modelar y controlar estos movimientos. Una vez que se logre avanzar en esa dirección, el objetivo final es utilizar las características humanas para que el robot pueda aprender a reproducir características cognitivas similares a las humanas. Por ejemplo, en la actualidad es imposible encontrar un robot que pueda aprender a caminar como un niño con naturalidad.

El EcceRobot tiene huesos de plástico en el mismo formato de los huesos humanos. Los hilos sintéticos hacen las veces de tendones, mientras que las cuerdas elásticas actúan como músculos antagónicos. Por lo tanto, y tal como te adelantamos en el sumario, una construcción capaz de imitar fielmente el movimiento de un ser humano es mucho más complicada que la fabricación de androides con sencillos movimientos al estilo del legendario C3PO. A pesar de todas las limitaciones técnicas que deben superar a cada paso, los investigadores creen que el resultado final valdrá la pena. Según ellos, el proceso de resolver los problemas surgidos durante el proyecto mejorará en gran medida el conocimiento que luego quedará a disposición de los especialistas en robótica y servirá de plataforma para futuras generaciones de humanoides.

Para lograr un control integral de un robot de esta naturaleza, EcceRobot necesita mucho más que un cerebro "artificial" del tipo tradicional, en el que se almacena cada movimiento como una instrucción de computadora. Las unidades de control de este robot antropomimético tienen tres bloques distintos de proceso de la información, pero que trabajan de manera integrada: una unidad de control del movimiento voluntario, una unidad de control de los movimientos involuntarios (responsable de los reflejos) y un sistema de comportamiento.

En esta etapa inicial, buscando reducir los costes de desarrollo al mínimo y permitir la construcción de prototipos con mayor nivel de funcionalidad, los investigadores construyeron un simulador de EcceRobot, en la que todas las posibilidades de la técnica se puedan probar antes de que se cristalice una construcción final. Dicho de otro modo: se pueden ensayar múltiples combinaciones plásticas hasta hallar la óptima y definitiva. De igual modo ocurre con los tendones y los músculos.

El consorcio está liderado por la Universidad de Sussex (Reino Unido), incluye, Technische Universität München (Alemania), Universität Zürich (Suiza), Elektrotehnicki Fakultet Universitet u Beogradu (Serbia), y el Robot Studio (Francia). De estos altos centros académicos saldrá sin duda un nuevo concepto y una nueva era el la robótica. Más armónica, más agradable al momento de interactuar con el hombre; una generación más… ¿humana?

Escrito por Mario

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