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¡Pero qué c...!¡Pero qué c...! GeekyGeeky Una moneríaUna monería Thug lifeThug life

Gafas de rayos X, superhombres y monos marinos en la vieja publicidad de cómics (galería)

Y un oscuro secreto que no todos conocen…

En el pasado, los cómics eran mucho más que una plataforma para contar historias sobre seres invencibles y mundos paralelos. También funcionaban como un centro gigantesco de publicidad extravagante. Desde submarinos nucleares en miniatura hasta bolígrafos de agentes secretos, pasando por monos marinos que crecían frente a tus ojos y misteriosas estampillas prohibidas de China, básicamente trataban de vender una promesa tras otra a los jóvenes consumidores…


Todo era una mezcla de magia, ciencia ficción y superación física, con planes para transformarte en un verdadero maestro del karate o un fisicoculturista a los pocos días de ejercicio. Los nombres de Charles Atlas y Joe Weider aparecían con mucha frecuencia, y el mismísimo Arnold Schwarzenegger llegó a ser parte de esas campañas (con uno o dos conflictos legales en el medio). De más está decirlo, la gran mayoría de los productos eran un fraude (suena un poco a lo que venden en Wish), pero la simple idea de que podíamos comprar esas cosas era casi irresistible.

Ahora, existe un nombre detrás de estas publicidades: Harold von Braunhut. Principalmente asociado a las gafas de rayos X, los «monos marinos» y los peces invisibles (o sea, una pecera con agua), von Braunhut llegó a decir que colocaba más de tres millones de anuncios al mes en las publicaciones de Marvel, DC, Charlton, EC, y el resto de las editoriales.

Sin embargo, hay un asterisco enorme en su expediente: von Braunhut, fuerza incuestionable detrás de la publicidad en cómics y lo que se vendía en ellos, era un racista como pocos. A pesar de haber nacido judío, se agregó el «von» en su nombre para alejarse aún más de sus orígenes, compró armas para una facción del Ku Klux Klan, y visitó con frecuencia las convenciones de las Naciones Arias. Los Angeles Times exploró esa conexión veinte años atrás.


Fuente: Flashbak


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Escrito por Lisandro Pardo

One Comment

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  1. Recuerdo, cuando era niño, que veía ese tipo de publicidad y me apetecía tener el Monstruo de Frankenstein a tamaño natural, que anunciaban. Supongo que estaba de moda por lo de la familia monster.
    También recuerdo esos sobres con unos polvos o semillas o no sé que, que los echabas en un recipiente con agua y nacían unos seres diminutos que en los dibujos de las revistas, parecían extraterrestres en miniatura.
    Aún a día de hoy, hay muchísima publicidad que debería de estar prohibida, por tratarse de timos y engaños. Pero es que lo de antes, era exagerado.

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