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Gel químico “camina” sin impulsos externos

Todas las máquinas construidas por el hombre, desde las más simples a las más complejas, necesitan de un impulso externo para funcionar. Este impulso generalmente lo proporciona algún motor de combustible líquido o sólido, o una batería. Sin embargo, los robots del futuro podrían utilizar un gel químico capaz de realizar movimientos  peristálticos sin necesidad de impulsos externos. ¡Y hay un vídeo para probarlo!

Si bien nuestras máquinas necesitan de ese impulso proveniente del exterior, el cuerpo humano tiene una solución mucho más elegante. Pensemos, por ejemplo, en nuestro intestino: utiliza una serie de movimientos peristálticos, proporcionado por los músculos que lo rodean, para generar un desplazamiento de lo que contiene en su interior. Los investigadores de la Universidad de Waseda, en Japón, están trabajando en un gel capaz de reproducir esta clase de movimiento sin que medie una fuerza externa. “De alguna forma, es como si nuestro gel se encontrase vivo”, explica Shingo Maeda, el director del proyecto.

Íntimamente, un gel es una especie de red tridimensional llena de agujeros, más o menos como una esponja saturada de líquido. El secreto de este extraño gel, desarrollado por los colaboradores de Maeda, se encuentra en unas reacciones químicas muy especiales que tienen lugar en el interior de sus poros. Estos procesos, conocidos genéricamente como “reacción Belousov-Zhabotinsky”, consisten en una serie de reacciones encadenadas mediante una realimentación, lo que las hace repetitivas y muy regulares. Gracias a una magia química incomprensible para los mortales comunes como nosotros, unos compuestos de Rutenio se oxidan de una forma determinada y proporcionan el movimiento interno al gel.

Lo interesante del caso es que si se construye una cinta de este material, esos movimientos originados en sus poros se convierten en algo muy parecido a lo que pasa en tus intestinos, y es capaz de mover pequeños objetos de un lado a otro según una ruta predeterminada. Seguramente Shingo Maeda tiene todavía mucho camino por delante antes de que su gel pueda hacer el trabajo de los músculos de un robot, aunque no puede negarse que se trata de un enfoque muy original al problema de la locomoción.

Escrito por Ariel Palazzesi

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