Menu
in

Implante medular para tratamiento de parálisis

La tecnología en implantes para resituir discapacidades crece lentamente, pero cuando sus avances son llevados a cabo por el grupo de personas indicado, se producen verdaderos milagros. Este es tal vez el caso de los científicos y especialistas que cerrando un ciclo de 30 años de investigación para crear un tratamiento de la parálisis en los seres vivos, le han instalado un implante en la médula espinal a un paciente parapléjico que, asistido por terapeutas físicos, ya empezó a recuperar parte de su movilidad.

Tanto en las sociedades más antiguas como en las más actuales, los accidentes trágicos siempre estuvieron presentes, y el impacto que estos tienen sobre el devenir de las vidas de las personas es inmensurable desde afuera, dado que, sobretodo en esta actual época, la condición física es, por supuesto que injustamente, la llave para participar activamente de la sociedad. Pero si bien tenemos aquella cuestión en común con las sociedades más lejanas, en la actual contamos con una tecnología que desarrollada cualitativamente, permite milagros como el que un grupo de neurocirujanos de la Universidad de Louisvilee y el ITC llevaron a cabo en un paciente parapléjico gracias a un sofisticado implante medular.

El caso en cuestión habla sobre la vida de Rob Summers, que mientras era un basquetbolista en pleno auge deportivo a sus 20 años, sufrió un accidente de tránsito cuando en el 2006 fue embestido por un automóvil, perdiendo la movilidad desde su pecho hacia abajo. Está de más aclarar que las posibilidades de volver a mover un miembro inferior para caminar quedaron descartadas para siempre de la vida de Rob, pero todo cambió cuando los neurocirujanos a cargo de su caso le ofrecieron ser el portador de un nuevo modelo de implante medular, que ubicado en su columna podría darle chances de volver a mover sus extremidades .

La investigación con el caso completo que fue publicada en la revista de medicina The Lancet relata que el implante se trata de un sistema de estimulación eléctrica a través de pequeños impulsos para la médula espinal, que actúa imitando las órdenes cerebrales que daría Rob para luego transmutarlas a través de su sistema nervioso en movimientos, sensibilidad y todo aquello que la activación de las terminaciones nerviosas producen en los miembros inmóviles y órganos como la piel. La combinación entre este proceso, el constante reentrenamiento de las redes neurales durante dos años y la asistencia de un grupo de expertos en rehabilitación logró que Rob volviera a recuperar un pequeño porcentaje de la movilidad en extremidades y sensibilidad.

Yendo un poco más allá del ejemplo particular y todo lo que aún falta realizar para que esta tecnología de recomposición de habilidades físicas se vuelva un estándar o una técnica de aplicación universal, las expectativas sobre la capacidad de devolverle la posibilidad de caminar y sentir a los afectados por condiciones similares a la de Rob son realmente alentadoras y no hacen más que reafirmar que las llamadas tecnologías apropiadas son aquellas en las que tenemos que poner los mayores recursos. Por lo menos si queremos cumplir con la naturaleza de la tecnología, que es solucionar problemas y adaptarse a diferentes medios en pos del mejoramiento de la vida humana.

Escrito por Nico Varonas

Leave a Reply