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iRobot y Kinect = Robot que obedece a gestos

De la misma forma en la que miles de desarrolladores han encontrado diferentes usos para el Wiimote, algo similar está sucediendo con el reciente Kinect de Microsoft. Su recepción en las noticias ha sido bastante positiva, pero lo que realmente está llamando la atención es su hackeo en tiempo récord, y su utilización en muchos proyectos que nada tienen que ver con videojuegos. Hoy tenemos a uno de esos ejemplos: Un robot puede entender y obedecer los gestos que realiza una persona, entre otras cosas.

Tenemos gente saltando, bailando, y moviendo los brazos. Padres encantados con el hecho de poder jugar junto con sus hijos pequeños, varios juegos prometidos para los próximos meses, y como no podía ser de toda forma, un sensor de movimiento hackeado en apenas seis días. Aunque usar el término "hackeado" pueda parecer chocante para algunos, lo cierto es que se trataba de algo inevitable. Microsoft Kinect salió a la venta el 4 de noviembre. La empresa Adafruit Industries ofreció una recompensa para aquel que desarrollara el primer controlador de código abierto para el Kinect, habilitando el acceso a otras plataformas más allá de la Xbox 360. Seis días después se anunció al ganador, y el controlador pasó a manos de la comunidad open source. Desde entonces, hemos visto al Kinect conectado de formas que están revolviendo las tripas de Redmond, y sorprendiendo a todos los demás.

Como por ejemplo, este robot. A simple vista no parece revolucionario, ya que no es otra cosa más que un iRobot Create con un ordenador montado encima… pero también tiene un Kinect, y ahí es cuando la cosa se pone interesante. En primer lugar, el robot puede "ver" el entorno que lo rodea y detectar cuáles son los objetos más cercanos. La visión del iRobot a través del Kinect le permite crear una representación en tres dimensiones del lugar en el que se encuentra, lo cual por sí solo abre enormes posibilidades. Sin embargo, lo más llamativo de todo es que el robot puede comprender los gestos realizados por una persona, como por ejemplo, cuando le indica la dirección hacia la que tiene que ir.

El potencial de robots controlados por gestos puede olerse en el aire después de ver a este proyecto. Con el desarrollo suficiente tal vez sea posible lograr que el robot realice tareas mucho más complejas. Redmond podrá colocar el grito en el cielo ante estos usos "no programados" del Kinect, pero no serán sino estos proyectos personales y originales los que darán más exposición al dispositivo, generando así un aumento en sus ventas. Algunos usarán al Kinect para jugar, y otros, para hacer cosas como esta. Esperamos ver más, pronto.

Escrito por Lisandro Pardo

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