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Jaws Unleashed

La licencia oficial de la película de Peter Benchley conforma la base de este videojuego, en el cual tomamos las riendas de un poderoso tiburón blanco con el objetivo de dominar las profundidades del océano Una de las películas con más trascendencia de la época de los 70’ fue Tiburón. Aunque la temática del film podía llegar a encajar para el desarrollo de un juego, no fue hasta el 2003 que Appaloosa International decidió realizarlo. En ese momento, no había adquirido la licencia todavía, pero un año más tarde cambió el nombre original Sole Predator por el de Jaws Unleashed, inspirando su creación directamente de la película mencionada.

Concentrándonos en el juego, Jaws Unleashed transcurre 30 años más tarde que los eventos que se observaron en la versión cinematográfica. La isla principal, Amity Island, vuelve a sufrir momentos de intranquilidad gracias a la aparición de una gran corporación maligna, lo que produce toda una revolución en la población marina local. Ante esas circunstancias, un temible tiburón blanco -nuestro personaje- emerge de las profundidades no sólo para acechar a los habitantes, sino para hacerle imposible la vida a los miembros de la malvada compañía, en una serie de misiones que nos quitan más de diez valiosas horas de entretenimiento.

Si se percataron bien, acabo de decir que Jaws Unleashed nos “quita” diez horas, y ésto es porque a los quince minutos nos damos cuenta de que podríamos estar aprovechando nuestro tiempo libre con algo más entretenido, menos monótono y más agradable a la vista, pero seguimos jugándolo con la esperanza de que mejore en etapas posteriores. Cosa que, finalmente, no sucede.

Para empezar, la cámara no está correctamente implementada. La acción, por momentos, nos obliga a rotarla constantemente en búsqueda de enemigos cercanos, y no reacciona de forma adecuada a nuestros comandos. Incluso, en situaciones específicas se coloca en posiciones ridículas (como cuando vamos muy cerca de la superficie) y no nos permite ver hacia dónde nos dirigimos.

El asunto empeora con los controles. Por una cuestión de supervivencia, nuestro dientudo protagonista necesita mantenerse alimentado para no caer en desgracia y morirse desnutrido. Si, así como lo leen. Esto nos obliga a devorar a cuanto ser vivo se cruce por nuestro camino, sean peces, delfines, orcas. Por si fuera poco, ¡es posible saltar del agua a la playa y atacar a cualquier desprevenido que ronde por allí! Pero ojo, porque si permanecemos afuera del agua mucho tiempo, acabaremos en el otro mundo. Y no crean que no puede suceder, ya que errores en el diseño de los escenarios pueden llegar a dejarnos atorados sin poder regresar a nuestro hogar en las profundidades. El problema de todo esto es que el control necesita de una precisión muy estricta para llegar a ser efectivo. Pegar el mordisco en el momento justo es una difícil -y necesaria- maniobra que deberemos llevar a cabo a menudo.

La estructura de juego de Jaws Unleashed se asemeja -pero no se compara- con la de la saga Grand Theft Auto. Tenemos una historia principal y misiones secundarias, pudiendo recorrer el mundo submarino libremente. Aquí encontramos lo “mejor” del juego: detalles gráficos como el diseño del tiburón, auténticos cardúmenes de peces multicolores, delfines viajando en grupos y una distancia de visión muy considerable. Sin embargo, al salir a la superficie nos topamos con pobres modelos humanos y un escenario poco más que lamentable. La música de fondo, a pesar de no ser la oficial de la película (una verdadera lástima), crea un clima medianamente interesante, pero sólo por unos pocos minutos. Técnicamente, Jaws Unleashed hace agua por todas partes.

Si bien tiene algunas cosas medianamente rescatables, el conjunto no llega siquiera a la línea de la mediocridad. Por lo tanto, es nuestra obligación en NeoTeo como críticos relatarles los videojuegos que valen la pena probar y, además, advertirles sobre aquellos a los que deben dejar pasar. Y Jaws Unleashed es uno de estos últimos. Así que lo mejor va a ser que permanezca en las profundidades.

Promedio: 41%

Escrito por editorwp_6720

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