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La muerte de Kin (Microsoft)

Una vez más, fin del juego. Otro producto que muerde el polvo. Otra cancelación que decepciona. Si no fuera por el extraordinario momento de Windows 7 y el sólido rendimiento tanto de la Xbox 360 como de sus juegos, este ya sería un año en el cual Microsoft se hubiese visto obligado a meter la cabeza bajo tierra y no quitarla de allí hasta 2011. Apenas 48 días después de su disponibilidad en las tiendas estadounidenses, el Microsoft Kin ha sido cancelado. ¿La razón? Podemos pensar en varias, pero la principal es aquella que todos imaginan: Sus ventas fueron espantosas.

Definitivamente este no es el año de Microsoft para presentar dispositivos. La muy esperada tablet conocida como Courier jamás se materializó. Después, todo parecía indicar que veríamos en el mercado a la famosa "Slate" presentada por nada menos que Steve Ballmer, pero HP cortó la cuerda, bajando el pulgar a Windows 7 como sistema operativo para tablets. Y ahora… ahora le llegó el turno al Kin. Ya saben, los móviles de Microsoft. Móviles que intentarían atrapar el interés de un vertiginoso grupo de consumidores juveniles, hiperactivos y conectados a través de las principales redes sociales. Había razones para creer que el concepto del Kin tendría éxito, pero también había muchas razones para pensar lo contrario. Y estas últimas fueron las de mayor peso. Microsoft ha logrado una posición de privilegio en varios mercados, pero a la hora de convencer a la gente de que lleven un poco de Redmond en su bolsillo, ya sea como móvil o como reproductor de mp3, todo ha resultado en fracaso.

No hay lugar para excusas aquí, y las cosas deben ser llamadas por su nombre. El Microsoft Kin fracasó porque su nivel de ventas en los Estados Unidos fue desastroso. Los dos modelos estuvieron disponibles en línea desde el 6 de mayo pasado, mientras que aparecieron en las tiendas una semana después, con contrato de Verizon. En comparación con las capacidades reales de ambos móviles, sus precios iniciales resultaron ridículos: 50 y 100 dólares respectivamente, sin sumar el contrato de dos años, que demandaba una cuota mensual equivalente a la de otros móviles más completos. El resto fue un paso malo tras otro. La campaña de publicidad para el Kin fue penosa, e incluso hubo un gran escándalo por una escena que hacía apología del "sexting". La prensa especializada fue devastadora con ambos móviles. Parece que el hecho de concentrarse tanto en la interacción social dejó fuera a funciones elementales, como por ejemplo un simple calendario. Nada de Flash, cero aplicaciones, poca capacidad de almacenamiento… y la lista sigue. Aún no hay reportes sobre un volumen oficial de ventas, pero varias fuentes mencionan que el número estaría por encima de las mil unidades, pero muy por debajo de las diez mil. Aún con ese margen de error, el fracaso es absoluto.

El camino a seguir es evidente: Microsoft trabajará con Verizon para "rematar" cualquier excedente de stock disponible de los móviles Kin, y redirigirá los esfuerzos del departamento de desarrollo del Kin hacia Windows Phone 7, algo que muchos consideran la última gran carta de Microsoft por jugar en el mercado móvil. La posición tanto del iPhone como de los dispositivos basados en Android es innegable. El iPhone 4, aún con detalles técnicos por resolver, vendió más de un millón de unidades en pocos días, mientras que cada vez se escuchan cosas más interesantes sobre Android Froyo. Para Microsoft, el Kin fue un bote que se hundió en el puerto. La única opción disponible es que Windows Phone 7 se presente como alternativa viable para los fabricantes de móviles. De lo contrario, Microsoft deberá seguir quemando puentes, tal y como lo ha hecho ahora con el Kin, concentrándose en sus cuatro negocios principales: Sistemas operativos (Windows), paquetes de oficina (Office), entretenimiento (Xbox 360 y Live) y búsquedas en línea (Bing). El Kin ha muerto, larga vida al Kin.

Escrito por Lisandro Pardo

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