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La tecnología 4K, una locura hecha vídeo

Seguramente has escuchado hablar del formato de vídeo 4K, a veces mencionado como QuadHD, que posee una definición de 4096×2160 píxeles y se utiliza en algunas producciones de cine digital. Posee unas 4 veces la resolución del FullHD, y ha sido propuesto como el formato que se utilizará en el futuro para distribuir las producciones de Hollywood. Desde hace unos cuantos meses YouTube brinda soporte para este formato, y algunos fabricantes ofrecen televisores con esa resolución. En este formato, cada cuadro posee unos 9 millones de píxeles y la pregunta inevitable es ¿tiene sentido utilizar esta tecnología en casa?

El cine se convirtío en hogareño, impulsado fuertemente por la aparición del -ahora extinto- formato VHS hace casi 40 años. Como ocurre habitualmente, luego de que una tecnología consigue afianzarse entre los usuarios estos comienzan a reclamar mejoras o actualizaciones de la misma. El VHS era capaz de reproducir la definición que proporcionaban las transmisiones de TV de la época. Estamos hablando de imágenes de unos 320×480 píxeles, que fueron suficientes para mantener entretenidos a los cinéfilos durante casi 20 años. Pero poco a poco esta resolución se mostró insuficiente, y a mediados de la década de 1990 hizo su aparición el DVD, una tecnología que acabaría con el VHS gracias al formato MPEG-2, capaz de manejar 720×480 píxeles en NTSC y 720×576 para PAL. La posterior digitalización de la TV y los medios audiovisuales en general fue impulsando mejoras en las resoluciones disponibles, haciendo su aparición formatos como el HD (del inglés High Definition) con 1280×720 píxeles y luego el FullHD con 1920×1080 píxeles.

Llegado a este punto el proceso pareció estancarse. A fines prácticos, esta resolución parece ser suficiente para disfrutar en nuestra sala de películas en las que se pueden ver hasta los detalles más pequeños. El cine, por otra parte, avanzó un poco más -algo lógico, dado el tamaño de sus pantallas- y utilizan formatos como el 2K (2048×1080 píxeles) y desde 2005 el 4K, que con sus  4096×2160 tiene una resolución ligeramente mayor a cuatro veces la del FullHD. De hecho, existe un formato llamado Quad Full High Definition (QFHD), de 3840×2160 píxeles, que cuadruplica exactamente el FullHD. Para darnos una idea de lo que significan esas resoluciones basta recordar que el cine digital IMAX utiliza 2 proyectores 2K gemelos para proporcionarnos increíbles imágenes sobre pantallas que no entrarían en nuestra casa. Un TV FullHD de 50 pulgadas posee píxeles de aproximadamente 0,58 mm de ancho, que cuando uno se sienta a unos 3 metros de distancia son imposibles de distinguir uno de otros. De hecho, un “viejo” televisor HD (1280×720 píxeles), con el mismo tamaño de pantalla, posee píxeles de un ancho menor al milímetro, que casi nadie puede distinguir a esa distancia. Pero a pesar de todo esto, la tecnología 4K comienza a introducirse en los hogares.

Tal como ha ocurrido con los formatos más antiguos que hemos mencionado, el avance de la tecnología 4K es lento al principio, aunque seguramente en el futuro será casi tan popular como lo es hoy el FullHD. En el mercado existen ya algunos equipos capaces de lidiar con “vídeo 4K”. El proyector JVC DLA-RS4000 (50 mil dólares en la tienda más cercana a tu casa), o el televisor Sony Trimaster QuadHD LCD de 56 pulgadas son compatibles con 4K, y pronto veremos más. Como decíamos al principio, YouTube también tiene soporte nativo para vídeos en formato 4K aunque casi nadie tiene en casa un dispositivo adecuado para verlos o -peor aún- una conexión de banda ancha lo suficientemente rápida como para poder sostener un streaming semejante. Por ejemplo, disfrutar del corto del surfista que acompaña este texto en 4K requiere transmitir unos 220 MB de datos para solo 2 minutos de vídeo. Hoy por hoy tiene poco sentido vender el coche para poder comprar un televisor o monitor capaz de lidiar con esta resolución. Dejando de lado los pocos vídeos de YouTube disponibles en 4K, casi no hay contenidos en ese formato. Sobre todo por que no hay un soporte barato en el que se pueda distribuir una película completa en esta resolución:  cada minuto (comprimido en MPEG-2) requiere de unos 3GB de espacio, por lo que un vídeo de dos horas no cabe ni en un disco Blu-Ray. A pesar de esto, los expertos estiman que habrá que entre 5 y 8 años se convertirá en un formato estándar, disponible en la mayoría de los hogares. En Japón ya han hecho transmisiones experimentales en formato 7K (7680×4320 píxeles), demostrando que aunque a veces parezca no tener sentido, el avance de la tecnología no se detendrá fácilmente. ¿Que opinas?

Escrito por Ariel Palazzesi

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