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Nobel de Medicina 2014 para el “GPS del cerebro”

Una vez más, la medicina reconoce a sus mayores exponentes a través del codiciado Premio Nobel. En esta oportunidad, la suma de 1.1 millones de dólares será entregada a John O’Keefe, Edvard Moser y May-Britt Moser, por su descubrimiento del mecanismo que el cerebro posee para generar un mapa de su entorno, y recordar detalles específicos del mismo, algo que se ha llamado formalmente “GPS del cerebro”.

¿Por qué determinados lugares nos son “familiares”? ¿Cómo nos podemos desplazar en un entorno que a simple vista puede parecer caótico y complejo? Para entender esto, muchos expertos se han volcado hacia el estudio del cerebro en los animales. El primer paso que llevó al reconocimiento anunciado recientemente fue dado en el año 1971 por el profesor John O’Keefe del University College London. En ese entonces, O’Keefe pudo establecer que ciertas células en el hipocampo de una rata se activaban siempre cuando se encontrara en una cierta ubicación. Estas células tienen como objetivo registrar tanto lo que vieron a través de la rata como lo que no, dando lugar a la creación de “mapas internos”. A comienzos de los ‘70, los expertos sabían que el hipocampo guardaba cierta relación con la memoria, pero se desconocía cuáles de las células del hipocampo ejercían control sobre cada función. El trabajo de O’Keefe cambió eso.

Sus trabajos están separados por más de tres décadas. Hoy se han unido, y equivalen a un Nobel bien merecido.

Un rápido salto hacia el año 2005 nos permite encontrar al matrimonio de Edvard y May-Britt Moser. Ambos descubrieron la otra mitad de la ecuación, al identificar una serie de células llamadas “células de red”, encargadas de la coordinación y el posicionamiento. El Comité Nobel explicó que mientras realizaban un mapa de las conexiones en el hipocampo cuando una rata se movía en un entorno familiar, los Moser hallaron un pronunciado patrón de actividad en una región cercana del cerebro, conocida como corteza entorrinal. Al pasar por múltiples lugares, las células crearon una red hexagonal, en la que cada célula se activó con un patrón espacial único y reconocible. La combinación entre las células descubiertas por O’Keefe y las células de red de los Moser, forman el antes mencionado GPS del cerebro.

La importancia del descubrimiento, y lo que justifica la entrega del Nobel a estos tres científicos, es que ayudará a alcanzar un mejor entendimiento sobre esta memoria espacial, y cómo se ve afectada por diferentes condiciones, como por ejemplo la enfermedad de Alzheimer, que en sus fases iniciales suele causar daño tanto al hipocampo como a la corteza entorrinal. Otro punto para destacar es que el matrimonio Moser estudió con O’Keefe cuando visitaron el University College London, lo que hace su relación un poco más cercana. El premio de ocho millones de coronas, que equivale a 1.1 millones de dólares, serán distribuidos en un 50 por ciento para O’Keefe, y el otro 50 por ciento para el matrimonio Moser. Otro descubrimiento, otro reconocimiento, y otra victoria más para la ciencia y la medicina.

Escrito por Lisandro Pardo

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