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Proyecto Loon: Google y su Internet basada en globos

Acceso a la información. La Web se ha convertido en una herramienta fundamental para ello, pero a pesar de las apariencias, lo cierto es que la Web no está en todas partes. Google nos da números para visualizar mejor esto: Dos tercios de la población mundial no tienen acceso a Internet. La falta de infraestructura es uno de los principales inconvenientes, y en un intento por resolverlo de forma práctica y económica, Google inició una prueba piloto para su proyecto Loon. ¿De qué se trata? De una red de globos que flota a unos veinte kilómetros sobre nuestras cabezas, navegando con el viento.

Estoy a punto de dejar atrás (o eso espero) el peor mes que he tenido en materia de conectividad. La actitud de los proveedores (porque tuve más de uno) fue nefasta, y eso que me encuentro en el medio de la ciudad, donde la infraestructura no debería ser un problema (con un gran énfasis en “no debería”). Aún así, no dejo de ser un privilegiado, porque si bien estoy teniendo problemas de conexión, en muchas regiones del globo no hay ninguna clase de conexión, y eso incluye cosas como el viejo dial-up. No hay ninguna ciencia detrás de esto: La Web llega a donde le conviene a las empresas que llegue, y en muchos casos, los costos para el usuario son exorbitantes.

Entonces, ¿cómo se puede cambiar eso? Google tiene una idea, y esa idea se llama Loon. Imagina una red que, en vez de ser instalada sobre la superficie, flota sobre nuestras cabezas a unos veinte kilómetros de altura, aprovechando los vientos de la estratósfera para desplazarse alrededor del mundo. Dicha red está compuesta por globos de unos quince metros de diámetro, preparados para mantenerse por un largo tiempo en el aire, y equipados con paracaídas que permiten un descenso controlado (como era de esperarse, los materiales y componentes son reciclables). Cada uno de esos globos cuenta con paneles solares que producen unos cien vatios de energía, alimentando al hardware y manteniendo cargada una batería para su operación durante la noche. En cuanto al equipamiento, los globos se conectan entre sí, y con antenas especiales en la superficie. Cada globo tiene una cobertura estimada de cuarenta kilómetros, y la velocidad de acceso es comparable a las actuales conexiones 3G.

La prueba piloto de Loon comenzó este mes en Christchurch, Nueva Zelanda. ¿Qué es lo que hace viable a Loon? De acuerdo a los encargados del proyecto, los vientos en la estratósfera son lo suficientemente lentos, además de “conocidos”, para obtener cierto nivel de control sobre el vuelo de los globos. La elección de Christchurch tampoco es casualidad: En 2011, un terremoto tomó 185 vidas, y mantuvo a la ciudad aislada de la Web durante semanas. Esto le da a Loon cierto potencial en situaciones de emergencia, y de acuerdo a reportes locales, un globo dio conectividad por quince minutos antes de irse flotando. Algunos portales han dicho que Loon no es más que una maniobra publicitaria… pero al menos Google está intentando algo diferente, en vez de especular o patentar por deporte, como hacen otras empresas.

Escrito por Lisandro Pardo

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